Billy Idol tocó en suelo azteca por primera vez y lo hizo con un recorrido por sus más de 40 años de trayectoria, pasando por los éxitos de Generation X hasta llegar a su último material discográfico, Kings & Queens of the Underground (2014); su show Live 2019 inundó al Palacio de los Deportes con acordes de rock y punk, recordando por qué es uno de los grandes íconos de la música.
Fue a las 21:30 horas cuando las luces bajaron, el escenario quedó iluminado de rojo, sus músicos entraron y su voz arrancó entre ovaciones con "Cradle of love", tema que recordó los noventas, su álbum Charmed Life y el soundtrack de The adventures of Ford Fairlane; en un minuto, las 15 mil personas quedaron de pie, aún cuando las sillas se habían colocado hasta la zona general.
"Dancing with myself", éxito de su antigua banda y uno de sus primeros temas como solista, llevó la energía al máximo nivel, gracias a su interpretación pero también a la de sus músicos, Steve Stevens no dudó en tocar con su guitarra en la espalda y llevarse los gritos del público. "¡Viva México! Es maravilloso estar aquí, vamos a rockear", saludó Idol.
De los 70 viajó hasta la presente década, con las canciones "Can't break me down" y "Ghosts in my guitar". Antes de entonar esta última, recordó que es una canción muy personal, dedicada a sus padres; los asistentes respondieron prendiendo los flashes de sus celulares y llenando el Domo de Cobre con una lluvia de estrellas.
Más adelante llegó "World comin' down" del disco Devil's Playground (2005), publicado luego de alejarse por doce años de los estudios; cuando comenzaban los acordes, tomó una bandera de México y la colocó por unos momentos en su espalda, para después acomodarla en una parte del escenario.
Considerado una de las figuras más influyentes de la música británica y el punk mundial, demostró que a sus 63 años sigue vigente, ya sea con éxitos como "Soul standing by" -en la que nuevamente tomó la bandera mexicana- o recordado su paso por Generation X, al interpretar "Your generation".
En todo momento, sus seguidores demostraron su cariño y admiración con gritos, aplausos y coreando las canciones a todo volumen; aunque en su mayoría eran adultos, jóvenes y adolescentes también se hicieron presentes. La noche avanzó rápido y tuvo un breve receso durante un solo acústico de Stevens.
El recinto tembló con su "Rebel yell", ese que da nombre a su segundo material discográfico, lanzado en 1983 y que llegó al número seis del Billboard 200. De este álbum también sonaron "Flesh for fantasy", "Eyes without a face" y "Blue highway", en la que el vocalista lanzó un par de prendas hacia las primeras filas de espectadores y el guitarrista lució sus habilidades.
El cierre llegó con "White wedding", exitoso sencillo de su primer álbum de larga duración, Billy Idol (1982); así como "Mony mony", que retrocedió al EP que presentó en 1981 como su carta de presentación de solista, bajo el título Don't Stop. Sus fanáticos salieron satisfechos y celebrado la oportunidad de verlo en la ciudad.
El también actor, que ha participado en filmes como The Wedding Singer con Adam Sandler y Drew Barrymore, se presentará este fin de semana en el festival Tecate Coordenada de Guadalajara y el domingo concluirá con un concierto en el Showcenter Complex de Monterrey.
lnb