Blanca Paloma llega a la final de Eurovisión 2023: "Me llegó la llamada flamenca"

Antes de salir al escenario, Blanca Paloma (Alicante, 1989) agita una bolsita que la acompaña a todos lados; en ella, la cantante guarda aretes que pertenecieron a su madre, a su hermana, a una tía y, sobre todo, a su abuela Carmen.

Precisamente su “yaya” – forma coloquial en España para referirse a las abuelas – es quien la inspiró para crear el tema Eaea, con el que la artista compite en el Festival Eurovisión, que celebra su edición 2023 en la ciudad de Liverpool, en Reino Unido.

“Carmen ha sido una inspiración para mí y para esta canción. También me he inspirado en las letras de Federico García Lorca, gran poeta español, y para la puesta en escena hay influencias del cineasta Carlos Saura”, confiesa la cantante en entrevista vía Zoom con MILENIO.

Las semifinales del gran evento europeo comenzaron el pasado 9 de mayo, pero Blanca está clasificada a la final, a celebrarse el sábado 13, porque España forma parte del Big Five – junto a Francia, Reino Unido, Italia y Alemania –, como se nombra al grupo de naciones que mayor apoyo económico dan a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organización detrás del certamen.

“Mi propuesta es una invocación a la energía femenina de nuestras ancestras, recordando que hay grandes aprendizajes atrás que siguen siendo muy importantes”, dice la cantante sobre su performance, que mostró en un ensayo abierto el 10 de mayo y le generó buenas críticas por parte de medios europeos como That Eurovision Site, Razom for Ukraine y ESC Insight.

Eaea, canción con la que busca llevarse a casa el Micrófono de cristal, máximo galardón de Eurovisión, tiene contribuciones del productor José Pablo Polo y de Álvaro Tato, su maestro de verso.

“Antes trabajaba tras escenarios como escenógrafa y vestuarista para diferentes compañías, y era muy feliz haciendo realidad los sueños de otros, pero Álvaro me enseñó una nueva manera de expresar mis emociones: a través de mis propias palabras, de mis propios versos, poniéndoles mi voz, que es el reflejo del alma”, recuerda Blanca.

Su tema emblema tiene como esencia el flamenco, género musical netamente español que la cantante pulió en la escuela Amor de Dios, situada en el corazón del mercado Antón Martín, en Madrid.

“En España, cuando terminamos una cena, nos quedamos un largo tiempo conversando, cantando y bailando, y la yaya tenía el don de artista de sobremesa. Entonces, cuando ella faltó, me llegó la llamada flamenca y la necesidad de hacerlo propio; de su ausencia, sentí la necesidad de hacerlo presente”, cuenta la nacida en la ciudad de Elche.

Ante lo anterior, resulta acertado afirmar que el flamenco llamó a Blanca y ella le abrió la puerta. “En el flamenco me siento acogida y le tengo un gran respeto porque es una música ancestral y es una fuente de inspiración infinita, nunca se termina de aprender”, reflexiona.

Representar a España en este festival, que data de 1956 – el evento tiene un Récord Guinness como el programa más antiguo que aún se transmite en el mundo –, resulta “salvaje” para la creativa de 33 años.

Aunque esto de "representar a tantas personas” no le preocupa, pues para ella lo importante es que “me siento representada, y cuando alguien se siente identificado con la canción, con la puesta en escena, es muy fácil porque siento que tengo que hacer lo que ya he hecho: mostrar mi verdad, cantar con el corazón y con toda esta puesta que impacta, que es arriesgada, que tiene un mensaje profundo de invocación al empoderamiento”.

Blanca llegó a Eurovisión tras coronarse en el festival Benidorm 2023, algo inesperado: "Eurovisión no estaba en mis planes porque pensaba que era un espacio donde no encajaría lo que hago", revela.

Por esto, califica como "un sueño" su actualidad: presentarse en la gran tribuna europea, donde tiene la misión de "poder hacer que la gente descubra algo nuevo en esta energía que habrá sobre el escenario; para mí es un honor vivir esta oportunidad de la que estoy aprendiendo tanto".

E independientemente de lo que suceda el próximo sábado en la final, donde su rival a vencer es la sueca Loreen, que encabeza las quinielas con su canción Tattoo, Paloma ya piensa en lo que sigue tras Eurovisión: "Estoy deseando ir a México, cantar mis canciones y conocer su cultura. ¡Está en mis planes ir!".

Pero esto no significa que no va a dar todo de sí en el gran certamen europeo, al contrario, incluso ya tiene listo un altar que funciona como su motor de confianza: "Mi familia me mandó una camiseta con su imagen (de Carmen) y la tengo presente en un altar que le he hecho en casa, y al lado tiene un micrófono de bronce y diferentes regalos que me ha hecho la gente".

"A donde vaya, mi abuela me acompaña, está muy presente", concluye la española, que seguramente el próximo sábado, en el escenario de Eurovisión, antes de cantar mirará al techo para saludar a su 'yaya'.

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