En compañía del fiel público que los ha acompañado por más de tres décadas, Café Tacvba inició la primera de sus cuatro fechas en el Auditorio Nacional, un segmento más de su gira “Un segundo; concierto acústico”, otro triunfal testamento de su exitosa carrera que en esta ocasión de corona con cuatro llenos totales.
Después de un periodo por Estados Unidos “los tacubos” vuelven a Ciudad de México para consentir a sus fans con un concierto, o mejor dicho, un viaje a través de su extenso repertorio, el cual ha ido solidificándose en la historia del rock mexicano a lo largo de los años.
“María”, “Diente de León” y “Trópico de Cáncer” abrieron el espectáculo, coreadas y ampliamente aplaudidas por un público ansioso de música y un buen rato. Las tres canciones dieron un buen paso a un cálido y amoroso mensaje de Rubén Albarrán hacia los asistentes.
“Muchachas, muchachos, buenas noches. Nosotros estamos llenos de alegría de poder compartir esta noche con todos ustedes, la música… Deseando que podamos volar en las sonoridades de la orquesta, de la banda y de todos los grandes músicos con los que vamos a compartir escenario esta noche. Gracias por traernos aquí al Auditorio Nacional”, dijo.
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Lo que empezó muy enigmático y elegante, pronto se convirtió en un derroche de pasión y energía, clásico ambiente de los músicos. Poco a poco los asistentes del “coloso de Reforma” fueron levantándose de sus butacas para emular el dinamismo que demostraba la banda sobre el escenario
“El metro”, “El ciclón”, “Bar Tacuba”, “Las flores”, “La chica Banda” y un momento especial en “La muerte chiquita” con la orquesta Los bronces de Oaxaca endulzaron el oído del público que fue recordando cada palabra de las canciones que sonaban al ritmo de Café Tacvba.
“El agüita no es para las corporaciones, es para todos los seres vivos que compartimos el planeta”, compartió Albarrán, siempre vocal con sus convicciones, antes de “Olita del altamar”.
“Futuro”, “El aparato”, “La locomotora”, “Las batallas”, “Rarotonga”, “Esa noche”, “Mediodía”, “Volver a comenzar”, “El puñal y el corazón” y “Chilanga Banda” le dieron ritmo al resto del concierto, cada canción acompañada por su propia mística y sonoridad, acompañadas por una magnífica orquesta dirigida por Mario Santos.
El concierto terminó con todos los ánimos en alto; canciones como “Quiero ver”, “Eres”, “Aviéntame” y “El baile y el salón” le dieron cierre a una memorable primera noche de Café Tacvba en el Auditorio Nacional.