Celso Piña, adiós a un ritmo que sonó por todo el mundo

El cantante regiomontano murió a los 66 años sin perder el sentido del humor; su esposa reconstruye los últimos momentos del músico.

‘El rebelde del acordeón’ y apasionado de la cumbia. (Ilustración: Moisés Butze)
Alberto Santos
Monterrey /

Celso Piña, el llamado Rebelde del Acordeón, ha muerto. La noticia tomó ayer por sorpresa al mundo del espectáculo y, de igual manera, a su familia.

Juany Ortiz, su viuda, recordó cómo sucedieron los hechos y lo juguetón que fue su esposo hasta los últimos momentos de su vida: “Se fue jugando, se fue tranquilo. Entró caminando, se tomó fotos con los que trabajan aquí (en el hospital). Estaba muy calmado, no sabía nada, venía a un chequeo”, dijo, desmintiendo primeros rumores que señalaban que llegó al Hospital San Vicente de urgencia tras un infarto.

“Él entró caminando, muy bien. Y ya ves que es juguetón, y hasta le dijo su hija (Cecilia): 'Ahí voy apá, ¿dónde estás?'. ‘Aquí, estoy agonizando’. Jugando, fíjate, jugando”.

Destacó el trato médico que recibió su esposo: “Al momento del diagnóstico le encontraron otro 'detallillo', y se empezó a poner nerviosón, Y luego (dijo): 'Me siento mal, me siento mal'. Y empezó y empezó. Y empezaron a reanimarlo, un preinfarto, a ayudarlo, algo para ayudarle, como marcapasos, todo eso, y ahí la reanimación y, no, no, no. Lucharon”, aseguró. “Se reunieron todos, le dieron bastante (tratamiento) porque era muy querido”.

Habló de las últimas palabras de Celso para ella: “Me regañó bien feo, me regañó, fue la última despedida. Pero no le hace, qué lindo, es válido. (Me regañó) porque no conté bien el dinero. Me dijo: '¡Ah chin..., me extraña!, por eso güera, no contaste bien', así me dijo. No me esperó, se me olvidó mi monedero y no me quiso esperar”, dijo.

Martha Cecilia Piña Ortiz, hija del cantante, espera que la gente recuerde con cariño el legado musical y como persona que deja su padre: “Queremos que lo despidan como lo conocieron, como una persona regia, campechana, alegre”, dijo al ser abordada por la prensa al salir del hospital.

“Como la última vez, bien ching..., que fue un ching..., ¿a poco no? o sea, es un ching... y yo creo que... viajó a todo el mundo, a todos lados del mundo, de Europa, ustedes supieron de la gira y pues ya nada más le faltaba llegar al cielo”.

Destacó que dejó instrucciones para su despedida: “Dijo que no quería prensa, que quería todo muy discreto, en compañía de su familia”, dijo. Su madre dijo que sería cremado porque así lo pidió.

De lo referente a la música decidió no hablar y dejar esas preguntas para su mánager, pero lo que sí dejó claro, es que estaban molestos con un video que circuló en redes de su padre en el hospital.

“Hubo un vídeo que, no sé, no está en nuestras manos, eso (el momento) fue antes de que lo iban a intervenir para la operación”, dijo, agregando que desconocía quién lo grabó.

“No sabemos todavía, estamos con todo el dolor y sí es molesto, pero ahorita nos estamos enfocando en él, en que se vaya bien, en que lo despidan, no en eso”.

Se le cuestionó si aceptarían algún homenaje para él: “Se lo ganó, ¿no?”, aseguró. Y no es para menos, Celso Piña, pionero en la mezcla de la cumbia con géneros como el norteño, el ska, reggae y hip hop, llevó su música a Europa y Asia.

Y ADEMÁS

LILA DOWNS

Mi querido amigo y cómplice de la música. Te invité y me dijiste ‘sí vamos, vamos a echarle’, siempre más que puesto. Siempre amable y coqueto. Siempre alegre y chido y siempre humilde como él solo… Te vamos a extrañar tanto mi Celso Piña, caballero del vallenato regiomontano. Compañero de la siriguaya. Bohemio de la cumbiaaaa. Vamos a extrañar esa nobleza y orgullo. Tus anécdotas de las gotitas de miel, tu acordiona como suena para siempre aquí en nuestro corazón cumbiero.

EDUARDO PEÑA (HERMANO)

Respecto al estado de salud, el hermano del músico compartió cómo fue que empezó a sentirse mal, apenas el pasado fin de semana. Este fin de semana salimos y se mareaba, pero cuando llegamos al aeropuerto yo lo vi descansando en las escaleras y le dije: ¿Estás bien?, y dice: ‘Sí, adelántense, adelántense’. Veníamos de Chicago, Denver y Milwaukee".

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