Al llegar al punto donde sería la entrevista, encontré a un Francisco Céspedes sonriente y sumido en conversación. Al verme, levantó la mirada, me saludó y después me presentó a su acompañante. Demetrio Muñiz La Vallée, director musical de Buena Vista Social Club y amigo de la infancia del intérprete, quien aclaró: “A mí no me conoce ni Dios”.
De buen humor, el intérprete habla del poder de la palabra, de la forma en que esto ha moldeado su desempeño en el escenario y la cercanía que tiene, a más de 30 años del inicio de su carrera, con la audiencia joven
“En mi perfil (interacciones con su música) más de 50% son jóvenes, adultos jóvenes y algunos adolescentes. Pero cuando van muchos adolescentes a las presentaciones yo me tengo que…”, comentó, haciendo el gesto de guardar silencio. “Porque yo me dedico al acting completo. Yo tengo referencias que son muy duras o muy fuertes para estos tiempos. Vengo de Maurice Chevalier, de Frank Sinatra, Benny Moré. Era muy niño, pero esas son las referencias. Me gusta buscar las buenas referencias, según mi criterio”.
Francisco se presentará el 13 y 14 de octubre en el Lunario y describe el tipo de postura que tiene frente al espectador: “Yo no trato, ni pretendo, enseñarle nada a nadie. Soy de esas personas que no dan consejos. Estoy todavía para que me den consejos a mí. Simplemente expongo mis experiencias de vida".
“Lo que sí tengo como máxima es: empeñar mi alma, mi corazón, mi espíritu —como se llamen esas cosas que le hablan a las personas— en cada canción. Primero en cada canción. Pasaron unos años y fue en cada párrafo. Pasaron unos años y fue en cada renglón. Un día, después de muchos años, me encontré con una gran intérprete, de las más grandes que ha dado el país (Cuba) —se llama Elena Burke— y empecé a darle importancia al peso específico de cada palabra (…) Pero esto no es con un motivo de enseñanza, ni nada, sino es porque es la forma en que puedo soltar, separarme, separar la parte externa y volcarme completamente”. _
Este acercamiento a la música deriva de tu personalidad, pero ¿consideras que los nuevos intérpretes pueden expresarse de la misma forma?
“Que la gente haga lo que le dé la gana, brother. Yo vengo de una familia, por ejemplo, que mis padres no criticaron al rock and roll. Si yo vengo de eso, ¿quién soy yo para estar criticando? A mí no me gustan muchas cosas, pero no solamente en este caso. Sino en el reguetón, o las cosas estas. Hay otros géneros que no me gustan — en la misma balada, en el bolero — pero no soy así porque si me pierdo en la actualidad, dejo de existir”.
Y aclara: “Me pasó como en las redes sociales. Al principio fue como “¿qué es esto?” Y pensé, ¿qué quiere ser Pancho? ¿Un tonto? O una persona normal, para no llamarme inteligente, que sí lo soy. Aprende, brother. La máxima del mundo es que vas a estar aprendiendo, aunque no quieras, hasta el día en que te mueras”.
Céspedes adelanta que sus próximos conciertos en el Lunario serán imperdibles para todos aquellos que disfruten de su música, tanto por la preparación constante que le da a sus presentaciones, como por las novedades y sorpresas que espera compartir sobre el escenario.
“Cada presentación es especial. Siempre hay algo nuevo porque tengo intenciones al dar un concierto. Y voy a estrenar canciones; una de ellas es una que le hice a mi hijo y se llama “Por aquí, por allá”. No me gusta explicar las canciones. Las canciones no se cuentan porque la música es muy subjetiva, cada cual lo entiende (…) Este 13 y 14 de octubre vamos a estar en el Lunario. He estrenado todos mis discos ahí y me trae muy buena suerte”, mencionó.
- Te recomendamos Cartola: ¿Quién era el músico brasileño y por qué Google le dedicó el doodle de hoy? Cultura