Y cuando despertemos el 10 de enero, quinto aniversario de la muerte de David Bowie, nos daremos cuenta de que, aunque ya no está entre nosotros, tampoco ha acabado por dejarnos. Su legado musical nos acompaña, como lo hizo a lo largo de más de medio siglo de una intensa y camaleónica carrera.
Bowie se cruzó en nuestras vidas con una trayectoria siempre cambiante. Alguna vez aspirante a mimo y saxofonista de jazz, terminó por encarnar en el rock –y en el cine– a tantos personajes que ahora resulta difícil elegir al favorito. Todos tenían su encanto. En un mundo plagado de músicos que siguen los dictados de la moda, él trazaba su propio camino, que muchos no dudaban en copiar.
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Esteban Leivas califica esta necesidad de cambio en una frase de su libro Bowie (Ediciones Júcar, 1980): “Las mil y una personalidades en la búsqueda de una personalidad”. El autor cita luego al propio músico, quien declaró: “Me di cuenta de que el hombre no es un mecanismo muy inteligente y decidí que yo sería el cambio continuo (...) Yo no me quedo con una cosa mucho tiempo. Realmente me gusta estar en movimiento todo el tiempo, siento que vivo”.
En otras declaraciones aseguraba: “Lo que hago es muy sencillo: es solo que mis elecciones son muy diferentes de las de otras personas”. Dichas elecciones le permitieron significar algo para muchas generaciones, que lo mismo cayeron bajo el embrujo de Ziggy Stardust, quien tuvo una vida ascendente desde la aparición del disco The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, que The Thin White Duke, un Bowie totalmente acicalado que dejaba atrás la incendiaria cabellera y el maquillaje futurista.
Después de su muerte, no falta quien piense que se ha reunido con el mayor Tom, el astronauta que vivió desde 1969 –el mismo año en que el hombre llegó a la Luna– en su canción “Space Oddity”, una de las más solicitadas en sus conciertos. O tal vez se ha convertido, otra vez, en Aladdin Sane o habrá retornado al reino de los duendes como Jareth, el personaje de la cinta Laberinto.
Para conmemorar el 74 aniversario de su nacimiento, hoy se lanzó un sencillo con versiones inéditas de las canciones “Mother”, de John Lennon, y “Tryin’ to Get to Heaven”, de Bob Dylan, un recordatorio de que su espíritu ronda entre nosotros.
amt