Todo género musical tiene pioneros. En el caso del reguetón, aunque actualmente se reconoce a varios exponentes a nivel mundial, como Maluma, Bad Bunny y J Balvin, cuando se piensa en sus inicios suele surgir el nombre de Daddy Yankee. Pero los más clavados en esta música señalan a otro personaje responsable de cimentar el ritmo cadencioso: El General.
El General fue el nombre artístico de Edgardo Armando Franco, cantante originario de Panamá que se volvió un fenómeno mundial a principios de la década de los 90 gracias al sencillo “Te ves buena” y al disco Muévelo con El General (1991), donde aparece el hit “Muévelo, muévelo”.
- Te recomendamos Los menores consumen más reguetón que temas infantiles Escenario
Edgardo era parte de una ola de artistas latinos – Nando Boom, Chicho Man y Killer Ranks, entre otros - que en ese entonces estaban experimentado con el reggae, el dub y otros ritmos caribeños; una experimentación que desembocó en el reguetón.
El Poder del General (1992), Rapa Pan Pan (1997), Move It Up (1998) y Serie 2000 (2000) fueron otras producciones que encumbraron a El General como uno de los artistas latinos más importantes del momento, aunque en el 2004, sin dar muchas explicaciones, decidió retirarse del panorama musical.
Años después, en 2016, Armando Franco volvió a dar de qué hablar, pues se difundió un video donde reniega de las canciones que lo hicieron famoso. Además, reveló que actualmente es parte de la Congregación Cristiana de los Testigos de Jehová.
"Tenía sueños cuando era pequeño de ser un cantante famoso. Entonces conocí la verdad, pero no había despedido estos sueños de mi corazón. Me puse a escuchar esas malas compañías que tenía antes y ellas me jalaron como un anzuelo. Las letras de las canciones causaban conflicto con mi consciencia. Me ofrecieron una bebida alcohólica para calmarme y ya me sentía un poco más a gusto, empecé a cantar y eso se sonó en todas las radios. Eso fue un trofeo por parte de Satanás por haber abandonado a Jehová. Entonces me hice adicto a los aplausos”, señaló en la grabación que difundió su culto religioso.
"Se ve como bien lindo, pero cuando uno está encima de la montaña del mundo de Satanás, no hay nada lindo ahí. Cuando se prendía la cámara, se prendía mi rostro, mi sonrisa, pero cuando llegaba al hotel había un silencio que atormentaba mi consciencia", agregó.
Sobre su retiro de la música que lo volvió famoso, Edgardo señaló que "el camino para volver a la verdad fue algo difícil. Cada vez que me iba a retirar, siempre había un contrato más grande. Tuve que tomar decisiones drásticas. Pero la última dije: ‘No me importa lo que me ofrezcan, tengo que volver a Jehová, tengo que cumplir mi voto’.
yhc