Desde Madrid, C. Tangana inicia la charla compartiendo su felicidad por el efecto que ha tenido con El Madrileño, su más reciente disco. En las listas de Spotify, con 5 mil 170 streams a 24 horas de haberse estrenado su producción, se convirtió en el mejor debut de un artista ibérico. Hoy, su canción más escuchada, “Tu me dejaste de querer”, tiene más de 116 millones de escuchas.
“Estoy muy contento”, dice. Y confirma que no se equivocó cuando decidió dar un paso fundamental en su carrera para alcanzar su objetivo en la música, orillado principalmente por el efecto de la pandemia; sus planes eran hacer otro disco de urbano, pero al estar en casa reflexionó sobre la idea de dar el giro a su trabajo.
“Me daba miedo llegar a los 30 porque ser un joven rapero se acaba, y pensaba si debía seguir igual, haciendo las mismas cosas, por los mismos sitios del mundo; de repente se me ocurrió esta aventura de todos los géneros que me gustan y que siempre he amado”, dice al referirse a El madrileño, cuyos 14 temas se han colocado en la lista de los top 50 de Spotify.
“El rap es algo que pertenece a la juventud, y yo tenía la preocupación de trascender como artista en varias generaciones, no solo en la juvenil. Quería demostrarme a mí mismo que soy un compositor de verdad, que me podía medir frente a frente con los grandes compositores y con los grandes músicos de mi tiempo y de otras generaciones; ese es mi objetivo con este disco”.
Colaboraciones
El Madrileño cuenta con la participación de Jorge Drexler, Andrés Calamaro y Eliades Ochoa, entre otros músicos y compositores, que materializaron el deseo del español, quien confiesa que el gusto y la pasión por estos artistas fue influencia de su padre.
“En este disco hay mucha música que tiene que ver con mi época de adolescente y preadolescente, con esas canciones que ponía mi padre, esos discos míticos de Jorge Drexler, de Calamaro; este álbum refleja bien lo que escuchaba de pequeño y cómo me introduje en la música”, rememora vía telefónica.
Tangana explica que no dejó totalmente de lado su pasión por la música que forma parte de su generación.
“La idea era colaborar también con artistas jóvenes que se acercan al público desde una perspectiva distinta, como Ed Maverick o Carin León, que no hacen la música urbana que está en las discotecas o está en tendencia, sino que se cruzan el mundo y viajan para todos lados, haciendo algo distinto”.
El cantante destaca que su mejor colaboración fue “con Eliades Ochoa, porque todo lo que ha pasado en Cuba es una referencia de la música latina, se combinan la música y las letras que venían de España con la música latina; ahí hay una conexión muy fuerte con Cuba, que es el origen de lo que ahora disfrutamos. Que Eliades me diese la buena y valorase mi forma de escribir y componer fue un punto de inflexión para atreverme a llamar a la puerta de otros artistas igual de grandes. Aparte fue un hermanamiento muy fuerte, conocí a su familia y me sentí muy como en casa con ellos”.
“Soy un hombre al que le gustan los placeres sencillos: comer bien, la vida tranquila y en familia; no tengo otros grandes hobbies”.
Y además...
Un compositor adolescente
C. Tangana descubrió su amor por la música “desde muy pequeñito, como a los 14 años, empecé a escribir mi primera canción y me di cuenta de que era una pasión que quería desarrollar”.
bgpa