Cientos de ciudadanos se dieron cita desde temprana hora en la Plaza Hijas de Tampico, la presentación del tenor Fernando de la Mora, como parte de los festejos del Bicentenario, llamó la atención y por ello llegaron para escuchar una de las voces más apreciadas en el mundo de la ópera.
Desde varias cuadras fue evidente el tráfico vehícular por aquellos automovilistas que buscaban un espacio en las calles, otros a pie apresuraban el paso para llegar puntuales a la cita, en medio de la selva de concreto un elemento de tránsito con silbato en mano trataba de poner órden para evitar algún percance vial.
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"Vamos al concierto de Fernando de la Mora, rápido que ya mero empieza", dijo una de las señoras que caminaba por la Plaza de la Libertad, mientras el acompañante solamente asintió con la cabeza.
La Plaza Hijas de Tampico quedó pequeña para los cientos de ciudadanos que acudieron, las gradas instaladas sobre ambos lados resultaron insuficientes y también las sillas que en cuestión de minutos se agotaron.
Algunos apartaron un espacio entre las jardineras, otros desde el segundo nivel del nuevo mercado buscaron tener un lugar para presenciar el concierto, también empleados de negocios asomados desde sus ventanas miraban sigilosamente.
Mientras los encargados de los negocios de tortas de la barda veían inquietos el paso de los posibles clientes al concluir la participación del cantante.
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En punto de las 19:03 horas la Orquesta Sinfónica de la UAT dirigida por el maestro Natanael Espinoza inició su participación.
"Hey señorita no me deja ver", "Oiga por favor hágase a un lado", "Hey" se escuchó el reclamo de aquellos que estaban un poco alejados del escenario para observar y escuchar la ejecución de las piezas musicales.
Un par de minutos después salió el más esperado de la noche: el tenor Fernando de la Mora, quien fue recibido con gritos y aplausos.
Con smokin negro y camisa blanca se presentó ante el público, dijo estar agradecido de ser participe del bicentenario del puerto. Al mismo tiempo los celulares fueron levantados para tratar de tener una gráfica de esta memorable noche.
En primera fila se encontraban las autoridades municipales, ex alcaldes, representantes de sectores y algunos diputados que también se sumaron a los festejos.
Entre el público algunas amas de casa incluso con la bolsa del mandado del mercado detuvieron el paso para ser testigos del concierto, los pocos turistas con los pequeños que aún siguen en la ciudad también se quedaron al concierto.
El escenario elevado lució espectacular, que tuvo mayor realce con el juego de luces a lo largo de todo la estructura, las bocinas colgantes permitieron a todo el público escuchar de la mejor manera la imponente voz de Fernando de la Mora.
La noche cayó lentamente y al paso de los minutos llegaron más ciudadanos, incluso desde la ex Aduana Marítima algunos trataban de tener vista.
Tuvieron participación el Coro Bicentenario y después el Trío Los Panchos que junto al tenor transportó a los asistentes a recordar la música de antaño, lo que provocó que entre el público comenzaran a cantar y por supuesto los aplausos.
El arpa del grupo Tlenhuicani le puso sabor a la noche, algunos de los espectadores se atrevieron a desempolvar los pasos, también frente al escenario un par de mujeres se animaron a bailar. Para este número de la Mora tuvo un cambio de saco en color blanco.
Poco antes de las 21:00 horas tocó el turno al Mariachi juvenil Tecatitlán, los integrantes se presentaron con el clásico traje charro en color morado y abrieron su participación con la canción "La Negra" y posteriormente "Si nos dejan" en la voz del tenor, que tuvo cambio a un traje negro de charro con sombrero en mano.
Una noche fresca con una temperatura de 22 grados centígrados permitió a los asistentes disfrutar cada minuto del concierto sin mayor contratiempo, debido a que unas horas antes el pronóstico de lluvia amenazaba con interrumpir los festejos.
"Tampico, orgullo de México, nuestra gastronomía, nuestros sitios culturales. Tenemos buenos mexicanos que tenemos que echarle ganas y sacar a México adelante", dijo el tenor en una breve pausa, lo que le valió una cascada de aplausos.
No pudo faltar "Tampico hermoso" que provocó a los asistentes ponerse de pie y cantar en una sola voz, los aplausos y gritos se escucharon desde el fondo. Al concluir con esta pieza el alcalde Jesús Nader y su esposa, Aída Féres de Nader, entregaron un reconocimiento al temor por su participación, también recibió un ramo de flores.
El tenor ofreció un par de canciones más y posteriormente una lluvia de confeti inundó el escenario, que enmarcó para la historia el festejo de los 200 años de la fundación de Tampico.
Finalmente el cielo se iluminó con un show de drones que formaron la figura de una jaiba, una nave espacial, el puente Tampico, un cocodrilo y los años del bicentenario.
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EAS