Lloran Francia y el mundo muerte de Charles Aznavour

Céline Dion y Sting fueron de las primeras celebridades en lamentar la partida del cantante galo más famoso en la historia de la música.

El intérprete de temas como “Je m’voyais déjà” conoció el éxito a los 36 años.
Agencias
París /

Siguió cantando hasta el último suspiro: Charles Aznavour, embajador mundial de la canción francesa del siglo XX y autor de un excepcional repertorio de nostalgia, falleció en la madrugada del lunes a los 94 años.

De origen armenio, el cantante francés más conocido en el extranjero murió en las Alpilles, en el sureste de Francia, suscitando una ola de tristeza entre personalidades y seguidores.

A pesar de su edad, Aznavour, que vendió 180 millones de discos a lo largo de ocho décadas, no había dado su carrera por terminada. Acababa de volver de una gira por Japón, tras haberse visto obligado a anular varios conciertos debido a una fractura del brazo, provocada por una caída.

Tenía previsto actuar el 26 de octubre en Bruselas. Y es que Aznavour parecía rejuvenecer cada vez que cantaba: debutaba sus conciertos con la voz rota y el cuerpo frágil, pero los concluía ligero, como una pluma delante de su lector electrónico.

En la capital armenia, Erevan centenares de personas colocaban velas la noche de ayer alrededor de la estrella que hay en la plaza que lleva su nombre, mientras altavoces difundían algunas de sus canciones.

En Francia, frente a la imponente reja de su casa en Mouriès, en Provence, decenas de fans se acercaron a depositar flores, incluso una bandera armenia.

La cantante canadiense Céline Dion reaccionó en Twitter: “Señor Charles, usted quedará siempre For me Formidable. Respeto y condolencias a su familia”.

El cantante Sting dijo que Aznavour “representaba a la cultura francesa. Cantante, compositor, actor, era una estrella mundial”.

“No soy viejo, sino mayor. No es lo mismo”, bromeaba Aznavour. Una manera de desafiar el paso del tiempo para quien el éxito artístico le vino tarde, a los 36 años, una noche de diciembre de 1960.

En la sala Alhambra de París, dio el concierto de la última oportunidad, tras haber sido blanco de la crítica que no creía ni en su talento escénico ni en su voz. Pero esa noche hizo cambiar a todos de opinión al interpretar “Je m’voyais déjà”, sobre las ilusiones perdidas de un artista.

Escribió también para los grandes artistas franceses, como Juliette Gréco, Gilbert Bécaud y Edith Piaf, quien le apoyó decididamente y fue uno de sus “cuatro puntos cardinales, junto a Charles Trénet, Constantin Stanislavski y Maurice Chevalier”.

“Sus obras maestras, su timbre, su resplandor único le sobrevivirán mucho tiempo”, afirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, tras conocerse la noticia de su muerte.

Al anochecer parisino se le realizó un reconocimiento en las cercanías de la Torre Eiffel, donde hubo proyecciones de sus temas y el recuerdo en video de su muy notoria y prolífica carrera.

Historia en la pantalla


Aznavour participó además en unos 80 filmes, entre estos Tirer sur le pianiste, de François Truffaut, y El tambor de hojalata de Volker Schlóndorff.


Este artista preocupado por el drama de los migrantes recordaba a menudo su apego a Francia y a Armenia, “los dos son inseparables como la leche y el café”.

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