“¡Qué bonito gritan!”, le dice Majo Aguilar, envuelta en la fuerza y sensibilidad del mariachi, al público que la acompaña en su concierto en el Lunario del Auditorio Nacional. Al ritmo de “No voy a llorar”, la cantante le dio la bienvenida a su público, que coreó cada palabra de la primera canción de la noche.
Apreciando la cercanía entre ella y el público (que tenía prácticamente repleto al Lunario), Majo no dejó de saludar y mandar besos a sus fans y aprovechó los acordes de “Si nos dejan”, “Cruz de olvido” y “Échame a mí la culpa” para bailar y desfilar sobre el escenario.
Majo Aguilar forma parte del nuevo rostro de artistas jóvenes que buscan representar al regional mexicano. Y, prácticamente como una estrella de rock, disfrutó de cada una de las canciones que escogió para su repertorio de esta noche, pues el público también le respondió con una presencia y energía que sobrepasaba el Lunario.
Después de interpretar “Si una vez”, el éxito de Selena que decidió retomar a manera de homenaje, los asistentes vivieron un momento especial con “Tómbola”, canción de su propia autoría, pues la cantante se bajó del escenario para cantar junto a sus seguidores, dándoles la posibilidad de tomar el micrófono, y un detalle interesante fue que con cada voz, con cada fan, se volvía más evidente el público tan diverso y heterogéneo que forma parte de su comunidad.
“Mientras esté cantando lo único que les voy a entregar es mi corazón, esa es una promesa”, le dijo Majo Aguilar a sus fans.
El concierto de Majo Aguilar continuó con canciones como “Acá entre nos”, “Cucurrucucú paloma”, “Amor eterno”, “No me queda más”, “Amor ilegal”, “Cielo rojo” y “Morí” como parte de su repertorio. La cantante se despidió de su público con la promesa de volverlos a ver muy pronto.
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CLAVES
A mitad de su concierto Majo Aguilar recibió el Disco de Oro por el éxito que ha tenido su canción “No voy a llorar”.