'Mujeres de carne y verso': Sor Juana a ritmo de son cubano

Edición de Fin de Semana

En su nuevo disco, el cantante español Juan Valderrama musicaliza poemas de Safo de Lesbos, Gabriela Mistral, Sor Juana, Elvira Sastre, entre otras poetas de diversas épocas y nacionalidades, a ritmo de fado, bolero, tango, flamenco o son cubano.

'Mujeres de carne y verso': Sor Juana a ritmo de son cubano (Especial).
Víctor Núñez Jaime
Madrid /

Una tarde de domingo de hace tres años, Juan Valderrama (Madrid, 1972) fue a visitar la exposición dedicada a Gloria Fuertes, una poeta famosa en los años 70 del siglo pasado gracias a sus colaboraciones en los programas infantiles y juveniles de la televisión española, y descubrió a una autora “madura, emocionante y audaz” que contrastaba con la imagen tierna y juguetona que tenía de ella. “¡Cuánta poesía escrita por mujeres nos falta por conocer y valorar!”, se dijo a sí mismo, y al llegar a casa empezó a buscar versos similares a los de Fuertes en varios libros y páginas de internet. 

Con el paso de los días, no tardó en formar una pequeña colección lírica-femenina y enseguida se propuso musicalizarla con ritmos diferentes. Así surgió su disco más reciente, Mujeres de carne y verso (Kompetencia Records, 2019), en el que autoras como Safo de Lesbos, Rosalía de Castro, Delmira Agustini, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni o Sor Juana Inés de la Cruz, suenan a ritmo de fado, bolero, tango, flamenco o son cubano.

“Yo aprendí literatura gracias a un profesor maravilloso que nos enseñaba con los discos de Serrat cantándole a Machado y, desde entonces, siempre me interesó la música como vehículo para la poesía”, cuenta ahora el hijo del cantante de copla Juanito Valderrama (1916-2004), quien convirtió su tema El emigrante (“Adiós España querida / dentro de mi alma / te llevo metida”) en el “himno” de todos los españoles que durante la dura posguerra tuvieron que “buscarse a la vida” yéndose a países como Alemania y Suiza.

Para cantar estos poemas, femeninos y feministas, Valderrama invitó a otras intérpretes para que lo acompañaran y formó una banda de instrumentistas mujeres. Ellas son Carmen Linares, Cristina Pato, Sole Giménez, María del Mar Bonet, Carmen París, Isabel Gemio, Las Migas y Blanca Marsillach. Alcanzó a presentar el disco en enero, justo antes de la pandemia, pero el confinamiento y el parón de actividades artísticas le impidió llevar a cabo la gira de conciertos que había programado.

El pasado 9 de agosto, sin embargo, pudo ofrecer un recital en medio de la “nueva normalidad” en el patio central del Centro Cultural Conde Duque (Madrid). Ante un público al que se le tomó la temperatura para ingresar al recinto y se le exigió no desprenderse del cubrebocas, respetar la distancia de metro y medio entre silla y silla y no levantarse a bailar, Juan Valderrama cantó en español, catalán y gallego los poemas que integran Mujeres de carne y verso. Fue una noche cálida y los aplausos fueron, también, para todas y cada una de las integrantes de su banda que, vestidas de blanco, demostraron su destreza para tocar el piano, la guitarra, la trompeta, el cello, el contrabajo, el acordeón, la percusión y la mandolina, “¡igual o mejor que los hombres!”

Cerró el concierto “Hombres necios”, el célebre poema de la Décima Musa, al ritmo de son cubano. “Siempre lo digo: parece que Sor Juana lo escribió ayer por la mañana. Sor Juana Inés es un personaje a la altura de un Quevedo o de un Lope de Vega. Era una mujer de una inteligencia que deslumbra y en México tenéis que estar muy orgullosos de ella. Lo único que ha buscado esta pieza es ser divertida y no tratar al poema con solemnidad solo porque es un clásico. Creo que ha combinación ha funcionado y le está gustando a la gente”, explica el cantante.

Subido en la cresta de la ola feminista, Valderrama asegura ser otro después de hacer este disco. “Porque me ha hecho comprender dónde estoy, que no es donde yo creía que estaba. Yo pensaba que no era machista y estos poemas te hacen ver que… un poco sí que lo eres. No obstante, quiero pensar que las cosas están cambiando, que el movimiento feminista está ganando cada vez más terreno. Aquí hay una causa común, que es la igualdad”, enfatiza. 

“El feminismo no depende de ninguna bandera, es una cuestión que nos atañe a todos, como el ecologismo. Hemos avanzado mucho en poco tiempo: no hace nada mi madre necesitaba la aprobación de mi padre para abrirse una cuenta en el banco. En fin, a mí me parece que el feminismo ya es imparable, pero tenemos que seguir luchando”. 

Caballeros sensibles

Adaptar y musicalizar poemas no es tarea fácil. Para hacer Mujeres de carne y hueso, Juan Valderrama contó con la ayuda de los músicos Luis Pastor, Pedro Pastor y Rubén Levaniegos. Juntos seleccionaron los poemas, los fragmentos y las estrofas que, sin alteraciones, evitaran condicionar en exceso las melodías o las hicieran trilladas y/ o predecibles.

Desde el principio tuvieron claro que, en el caso de Sor Juana, el estribillo de la canción iba a ser la primera estrofa del poema: “Hombres necios que acusáis /a la mujer sin razón /sin ver que sois la ocasión / de lo mismo que culpáis”. Omitieron la sexta estrofa (“Con el favor y el desdén…”) y terminaron con la octava (“Siempre tan necios…”) porque el poema es muy largo y la canción no podía sobrepasar los cuatro minutos. 

En “No quiero”, el poema de Ángela Figuera, prescindieron de algunos “no quiero”, el verso inicial de cada estrofa, así como de algunos versos con silabas demasiado largas.

La canción empieza: “No quiero / que los besos se paguen / ni la sangre se venda / ni se compre la brisa / si se alquile el aliento” y, justo aquí, se “come” los tres versos siguientes para continuar “como si nada” en: “que haya frio en las casas / que haya miedo en las calles.” Después se intercambió el orden de las dos subsecuentes estrofas y, de ahí en adelante se retomó el orden. 

Al final del proceso creativo tenían material para más de un disco pero, como buenos caballeros sensibles, seleccionaron lo más representativo y lo que más les emocionó”.

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