Durante toda la noche, la butacas del Palacio de los deportes fueron la pista personal de cada uno de los asistentes. Desde la salida de Juan Luis Guerra al escenario, ninguno dejó de bailar y el concierto se convirtió en una verdadera celebración musical.
Juan Luis Guerra regresó a México después de un tiempo alejado de los escenarios nacionales y lo hizo con gran fortaleza. A las 21:20 horas, ya con el recinto prácticamente lleno, las luces se apagaron y una explosión de sonido llegó la mirada de todos al escenario.
“Rosalía” sonó al ritmo de los pasos del cantautor y productor dominicano, quien saludó a su audiencia con mano profesional y los miró bajo su boina gris. El grupo que lo acompañó, los 4.40, sonaron perfectamente en cada uno de los temas que formaron parte del repertorio de la noche.
“Es un placer estar con todos ustedes. Que disfruten mucho de este concierto”, dijo Juan Luis Guerra con la certeza de un artista veterano que sabe con anticipación qué tipo de medicina le dará a los males de su público.
“Tú” retumbó el piso del recinto y “Vale la pena” puso a temblar el techo del ‘palacio’ que resintió las miles de voces que corearon la canción. “Como yo”, “El Niágara en bicicleta” y “Para ti” también agradaron en el público, que ovacionó el medley de éxitos que el músico interpreta a mitad de su concierto, el cual reúne a canciones como “Muchachita linda”, “Estrellitas y duendes”, “Bachata en Fukuoka”, “Que me des tu cariño”, “Mi bendición” y, una de las favoritas, “Burbujas de amor”, la cual realizó prácticamente en dueto con la audiencia mexicana.
Los aficionados de Juan Luis Guerra Son energéticos, alegres, bailadores y fieles. Los asistentes celebraron y cantaron cada canción del concierto, incluyendo el bloque que sonó únicamente con los 4.40 mientras Juan Luis Guerra se tomaba un breve descanso.
Y se convirtió en una experiencia impresionante la manera en que la gente respondía al estímulo musical protagonizado por Guerra, quien incluso mostraba una breve sorpresa de vez en cuando. El concierto continuó con “Visa para un sueño”, “Mambo 23” y “El costo de la vida”.
Aunque sí era evidente que la música del dominicano está más arraigada en el espectador más maduro, los jóvenes no faltaron e incluso se mostraron como los más bailarines de la noche. Estos últimos respondieron fuerte en las canciones más populares, como lo fueron “Ojalá que llueva café”, “La bilirrubina” y “Bachata rosa”.
AMG