El Nu Metal surgió a finales de los años 90 como una respuesta directa a la necesidad de algo diferente en la música rock. Aunque el grunge había dominado buena parte de la década, bandas como Korn, Limp Bizkit, Slipknot y Deftones ofrecieron una propuesta distinta, combinando elementos del metal con influencias del hip hop e incluso el industrial. Era un subgénero del metal que rompía las reglas y definieron el sonido de una época y, en el proceso, lograron unificar a millones de jóvenes que encontraron en sus letras y su estilo una forma de expresión.
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Cuando se anunció la primera edición, el Nu Metal Revolution Vol. 1, el entusiasmo no se hizo esperar. Por fin, un festival dedicado exclusivamente a este nicho, en el que los nombres de Mudvayne, Static-X y Dope no serían teloneros, sino protagonistas. La apuesta de Zepeda Bros fue clara: ofrecer un espacio donde las bandas tuvieran el tiempo y el escenario que merecen. Para los que son fans de este tipo de música les pareció algo innovador, ya que nunca creyeron posible que existieran eventos como este y para ser su primera edición tuvieron un cartel de lujo que atrajo a muchos a disfrutar a las mejores bandas que se presentaron el pasado 26 de octubre en el Velódromo Olímpico.
La experiencia de los asistentes fue satisfactoria. La organización mostró un compromiso con el público, brindando un espacio bien distribuido, con opciones de comida y bebida accesibles, y áreas para descansar. La calidad del evento superó las expectativas de los asistentes.
Desde el inicio, la programación mantuvo la energía en su punto máximo. Filtro, como banda telonera, abrió con gran dinamismo y, a pesar de ser los primeros en subir al escenario, logró atraer a un buen número de asistentes.
Después, Adema, que regresaba tras muchos años de ausencia, presentó éxitos como Unstable y Giving In. La presencia de Resorte y Ladrones, junto a Filtro como los representantes mexicanos, fue un toque especial en el festival. Resorte, pionero del género en México, dio un espectáculo sin igual que prendió a todo el público y provocó que se creara el ya tan conocido mosphit. Fue toda una locura. Por su parte, Ladrones, un nuevo proyecto que experimenta con la música regional mexicana, autodenominado como Flow Pesado, mostró su estilo directo, dejando una grata sorpresa entre los asistentes.
A medida que la tarde avanzaba, la intensidad aumentaba con cada banda. Drowning Pool desató la locura en el público con Bodies, creando uno de los mejores momentos del festival. Ill Niño, a pesar de enfrentar algunos problemas técnicos, logró conmover a los asistentes con su versión de Zombie de la icónica banda irlandesa The Cranberries, la cual fue dedicada por Tommy Vext a su padre recientemente fallecido.
P.O.D. agregó un toque mexicano a su presentación, comenzando su show con máscaras de luchadores y un poncho de ajolote en honor a México. Canciones como Boom y Alive fueron coreadas por el público, en uno de los momentos más emotivos del festival.
Por su parte, Kittie, la banda conformada por mujeres fue de las más aclamadas, ya que su estilo y su vitalidad demostró que no necesita pirotecnia ni adornos; su presencia en el escenario y su contundencia fueron suficientes para ser de las mejores sorpresas de la primera edición del Nu Metal Revolution.
Static X fue, sin duda, uno de los actos más esperados de la noche. La banda rindió homenaje a su difunto vocalista, Wayne Static, con una presentación visual y un sonido impresionante provocó que los espectadores gritaran y saltaran coreando sus canciones.
Para cerrar la noche, Mudvayne, después de 20 años de ausencia en nuestro país, aparecieron con sus característicos maquillajes en el rostro para brindar una actuación cargada de energía convirtiendo su set en un show poderoso. Mudvayne, conocida por su sonido distintivo y su imagen excéntrica, fue una de las bandas más destacadas en la época dorada del subgénero, y su actuación fue una muestra de que, aunque han pasado los años, su esencia permanece intacta.
La primera edición de Nu Metal Revolution hace prometedor y esperanzador el camino de los festivales de este tipo, ya que a pesar de las dudas que pudieran existir alrededor de los mismos, los que apostaron por asistir este año marcarán la diferencia y podrían ser ellos mismos quienes mantengan viva la llama del Metal en México.
evt