Leire tiene casi tres años y, como casi todos los niños con acceso a Internet de su generación, ella es una chica YouTube.
Parada frente a la smart tv señala con su dedo dando indicaciones: "ése, mamá, ése", "no gusta, mami, quita po favor", y casi siempre el jaloneo entre madre e hija por elegir el video termina con un "Pica Pica, mamá".
Pica Pica es un grupo español que combina teatro, música y baile para entretener a millones de niños a través de YouTube.
El fenómeno es brutal, su canal cuenta con casi 8 millones de suscriptores, superando por mucho los números de cantantes exitosos como Mario Bautista con 2.5 millones, Carlos Rivera con 2.36 millones, Gloria Trevi con 2.16 millones o Natalia Lafourcade con 2.05.
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Su video "El Baile de la Fruta", uno de los más populares, tiene 173 millones de reproducciones.
Pero Los Pica Pica —Belén Pelo de Oro (Belén Guijarro), Nacho Bombín (Ignacio Repetto) y Emi Bombón (Emiliano Müller)—, ex integrantes del popular grupo español CantaJuego, también se desvirtualizan durante temporadas del año para llevar su espectáculo a teatros pequeños, donde realmente los niños puedan apreciar de su espectáculo multimedia.
Es así que este fin de semana ofrecieron ocho conciertos, en cuatro días, en el Centro Cultural Teatro I de Ciudad de México, después de haber estado en Monterrey, Puebla y Guadalajara.
En el lobby del teatro, la fila para comprar el boleto que garantice una foto con ellos es casi tan caótica como la que hacen los papás para comprar la mochila de La Galleta María, el vestido de Belén Pelo de Oro o la nariz roja de Rodolfo El Reno. Los adultos reclaman por la falta de mercancía, mientras los niños se entretienen con smartphones viendo videos de Pica Pica.
Tras la tercera llamada, en la voz del mismo Emi Bombón, están prohibidos los celulares, pero no hacen falta porque niños y papás se saben de memoria las coreografías de “Viajar en tren”, “El Pollito”, “Yo tengo una casita”, “La Cucaracha” y 15 canciones más que integran el 'setlist'.
Bailarines, Santa Claus, la galleta María y un pollito breakdancero completan el espectáculo de hora y media que termina con un 'selfie' de todo el público, la promesa de volver pronto y el llanto de decenas de niños, Leire incluida, que se detona cuando el telón cae.
epc