¿Quién era Sixto Rodríguez? El músico que inspiró varias luchas sociales en Sudáfrica

El cantautor estadunidense de origen mexicano Sixto Rodríguez falleció este miércoles 8 de agosto y era ampliamente conocido por sus composiciones

Quién fue Sixto Rodríguez
Agencia AFP y Alexandra González
Ciudad de México /

Sixto Rodríguez, el oscuro rockero estadunidense que encontró un renacimiento profesional después de que su música se convirtió en objeto de culto en el extranjero, murió el martes a los 81 años, anunció su página web.

"Con gran tristeza, en Sugarman.org anunciamos que Sixto Díaz Rodríguez ha fallecido hoy temprano", dice el comunicado, que no ofrece detalles sobre la causa de la muerte del cantante conocido por éxitos como "Sugar Man" y "I Wonder".

¿Quién fue Sixto Rodríguez?

Sixto Rodríguez, también conocido simplemente como Rodríguez, fue un enigmático músico y cantautor que alcanzó una fama inesperada y un culto ferviente a pesar de haber permanecido en gran medida en la oscuridad durante décadas. 

Nacido el 10 de julio de 1942 en Detroit, Michigan, Estados Unidos, Rodriguez se convirtió en una figura emblemática en la escena musical folk durante los años 70, aunque su verdadera fama llegó mucho más tarde.

Su carrera musical comenzó con el lanzamiento de dos álbumes en la primera mitad de la década de 1970: 'Cold Fact' (1970) y 'Coming from Reality' (1971). A pesar de su notable talento lírico y musical, estos álbumes no lograron el éxito comercial esperado en su país natal. 

Sin embargo, lo que Rodríguez desconocía en ese momento era que su música había trascendido fronteras y había resonado profundamente en lugares inesperados.

Murió el cantautor Sixto Rodríguez | Especial

Su música formó parte de una lucha social

En Sudáfrica, en particular, sus canciones se convirtieron en auténticos himnos de resistencia durante el auge del apartheid

En muchas de sus canciones expuso los problemas que enfrentan los sectores sociales más pobres y marginados de las grandes urbes.

A pesar de que las grabaciones de Rodríguez habían sido prácticamente ignoradas en otros lugares, en Sudáfrica sus letras sinceras y sus melodías cautivadoras resonaron con una audiencia que luchaba por la justicia y la igualdad en medio de la opresión racial.

Desconocía su impacto en la música

Rodríguez era ajeno a la fama que había alcanzado en un rincón del mundo. Fue solo a fines de la década de 1990 que una serie de eventos desencadenaron la revelación de la verdadera identidad de Rodriguez y su estatus de leyenda musical internacional. 

Un par de fanáticos sudafricanos emprendieron una búsqueda obsesiva para descubrir la verdad detrás de su ídolo enigmático. Finalmente, en 1998, lograron contactar a Rodríguez, quien quedó sorprendido al descubrir su fama inadvertida.

Este redescubrimiento llevó a una serie de conciertos en Sudáfrica en los años siguientes, donde fue recibido con una calidez y entusiasmo desbordantes. 

El documental que lo volvió una leyenda

El documental 'Searching for Sugar Man' (2012) narró la historia de esta búsqueda y el impacto de Rodriguez en la historia de la música y la lucha contra la injusticia.

Esta curiosa historia llamó la atención del sueco Malik Bendjelloul, quién dirigió dicho largometraje, que además de conseguir la estatuilla al mejor documental en los Óscar, se llevó el premio de la audiencia y el del jurado del festival Sundance.

Tras la popularidad del documental, la discográfica Blue Goose Music de Australia compró su catálogo de canciones y sacó al mercado ambos discos, y una nueva compilación de lo mejor de ambos titulada “At his Best”, reviviendo la carrera del artista 40 años después.

Sixto Rodríguez es un ejemplo viviente de cómo la música puede trascender fronteras y desafiar las expectativas. 

Su historia es una que encapsula el poder de la pasión y la perseverancia, así como la capacidad de la música para unir a personas en circunstancias impredecibles. 

Aunque su fama llegó con décadas de retraso, Sixto Rodríguez convirtió en un ícono musical venerado en todo el mundo y un recordatorio de que el arte puede cambiar vidas incluso en los lugares más inesperados.


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