Rock mexicano: apertura, pasión y herencia mantienen al movimiento

Sabo Romo, Cecilia Toussaint, Héctor Quijada y María Barracuda reflexionan sobre el crecimiento de la escena.

Los músicos tienen la intención de seguir apoyando a las nuevas bandas. (Édgar Negrete)
Libertad Ampudia
Ciudad de México /

El rock mexicano no ha muerto ni morirá, el crecimiento de la escena y la permanencia de los grandes éxitos del siglo pasado lo han fortalecido; sobre eso, reflexionan Sabo Romo, Cecilia Toussaint, Héctor Quijada y María Barracuda, cuestionados por M2 sobre el panorama que el año pasado dejó al género musical.

​“Este año he tenido la fortuna de estar en muchos festivales en México y otros países, y he podido percibir que hay bandas bien padres y que hay, quizá no un resurgimiento, pero de pronto dijeron: ¡Ya estamos, vámonos! Hay bandas como los mismos DLD o La Gusana Ciega, que aunque no son nuevas van llegando a primera división; luego te encuentras bandas como Camilo Séptimo o todas las que pasan por la Carpa Intolerante del Vive Latino”, señala Romo.

Mientras Quijada agrega: “En esta nueva etapa han pasado más de 200 bandas por mi programa y antes 600, unas 800 en 10 años, y gran parte son bandas nuevas. Cada vez que alguien me dice que el rock está muerto, le digo: ‘¡No, el que está muerto eres tú!’ Y siempre les pregunto: ‘¿Cuándo fue la última vez que fuiste a un concierto de una banda que no conocieras?’, hay que moverse para saber lo que pasa”.

Pero también grupos como Caifanes, Fobia, Café Tacvba, Molotov, El Haragán y Compañía, Cuca, Botellita de Jerez, La Lupita, Rostros Ocultos, Víctimas del Dr. Cerebro y El Gran Silencio siguen sonando, ya sea en radio, discos o en los escenarios, algo que acerca sus hits a los oídos más jóvenes.

“Nuestra permanencia tiene que ver con la pasión, (nuestras canciones) vienen con una pasión intrínseca que es alucinante, desde la composición de la rola, la interpretación, la orquesta, el coro. Pasan un montón de cosas que hacen que cada interpretación sea diferente. Están hechas para resistir el paso de los años, aunque no fueran pensadas de esa forma; yo no habría pensado que 40 años después alguien seguiría cantando ‘Viento’. Las hadas del rock son muy generosas con nosotros, hay que decirlo”, dice Romo.

Barracuda añade: “Tienen un elemento invisible, intangible, no se puede describir, pero son garantía, son sobrevivientes del tiempo; si tú conoces El Cala (Agustín Villa) sabes que no planeó para nada ‘El final’, que escribió en 1983 con Óscar Salazar, y la pasan en todos los antros, es un fenómeno. Creo que en 30 años van a seguir vigentes, van a seguirse escuchando, porque son canciones que se están heredando de generación en generación, en los conciertos tú ves al papá, al hijo, al nieto”.

PUERTAS ABIERTAS

Los festivales y conciertos grupales tienen mucho que ver con el fortalecimiento del gremio; estos espacios reúnen a diversas generaciones de músicos, por lo que los roqueros piden asistir con las antenas abiertas a propuestas desconocidas.

“Hay muchas chavos que van a ver a las bandas nuevas y, de pronto, saben que están otras y se permiten acercarse a su música y para ellos es música nueva. Eso permite que uno se mantenga y continúe, porque las nuevas generaciones abren su cabeza, corazón, sus ojos y sus oídos hacia nosotros. Eso es para allá y para acá, eso es bien bonito, es un movimiento constante”, menciona Toussaint.

LAS CLAVES

BÚSQUEDA SIN FIN

Lo que es cierto, comentan, es que de las 800 bandas nuevas quizá solo queden cuatro en 10 años, pero seguirán con su lucha y su música va a permanecer.

APOYO CONSTANTE

Para ello, piden apoyo del público pero también de las plataformas, pues solamente con la exposición lograrán fortalecer lo que están haciendo lírica y musicalmente.

GRAN CALIDAD

Los artistas se mantienen con conciertos constantes y dentro del gusto musical de las nuevas generaciones debido a la calidad en sus interpretaciones.

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