Taylor Swift recordó en el podcast New Heights el momento en que supo que había recuperado toda su música, describiéndolo "como un sueño de toda la vida".
En una emotiva conversación, Swift relató en el podcast Travis Kelce, y su hermano Jason Kelce, el largo y complicado camino para recuperar el control de su legado musical.


¿Por qué Taylor Swift tuvo que comprar su propia música?
La lucha de Taylor Swift por recuperar sus masters comenzó cuando, en 2019, el ejecutivo musical Scooter Braun adquirió Big Machine Records, el sello discográfico con el que Swift firmó a los 15 años.
Esta transacción le otorgó a Braun los derechos de los primeros seis álbumes de la cantante: Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation.
Swift expresó públicamente su frustración, afirmando que no se le dio la oportunidad de comprar sus propios masters y que la venta fue un golpe devastador, como ella misma dijo: “Me arrancó el corazón del pecho”.
Desde entonces, Swift tomó una decisión audaz: regrabar sus álbumes para crear las versiones “Taylor’s Version”, una estrategia que le permitió recuperar el control creativo y financiero de su música.
Hasta la fecha, lanzó Fearless (Taylor’s Version), Red (Taylor’s Version), Speak Now (Taylor’s Version) y 1989 (Taylor’s Version), todos con gran éxito gracias a nuevas pistas “del baúl” (vault tracks) que capturaron la atención de sus fans.
Sin embargo, su objetivo final siempre fue recuperar los masters originales, que representaban “las entradas de mi diario manuscrito de toda mi vida”, según explicó en el podcast.
“Lo quiero porque estas son las entradas de mi diario escritas a mano de toda mi vida. Estas son las canciones que escribí sobre cada etapa de mi vida. Estas son mis fotografías, mis videos musicales, la mayoría de los cuales financié yo. Mi arte, todo lo que he hecho, está en este catálogo”.
Así fue como recuperó sus masters
En 2020, Braun vendió los masters de Swift a Shamrock Capital, una firma de inversión, por más de 300 millones de dólares. A pesar de este cambio, Swift no perdió de vista su meta.
Durante el podcast, reveló que siempre había ahorrado dinero desde su adolescencia con la intención de comprar sus masters, un sueño que parecía inalcanzable tras múltiples intentos fallidos.
“Pensé en no ser dueña de mi música todos los días. Era como un pensamiento intrusivo que me dolía”, confesó, visiblemente emocionada.
Tras el éxito arrollador de su Eras Tour, Swift y su equipo decidieron que era el momento ideal para acercarse a Shamrock Capital.
En lugar de enviar abogados o representantes, Swift optó por un enfoque más personal: envió a su madre, Andrea Swift, y a su hermano, Austin Swift, a Los Ángeles para reunirse con la compañía.
“Les contaron toda la historia, todas las veces que intentamos comprarlos, todas las veces que no funcionó”, explicó Swift.
Este enfoque humano, centrado en la conexión emocional de la cantante con su música, fue clave para convencer a Shamrock. El momento llegó cuando su madre la llamó para informarle que la negociación había sido exitosa.
“Mi mamá me llama después y me dice: 'Mira, fueron maravillosos, nos escucharon, no tenemos ni idea de qué camino tomarán con esto'”, recordó Swift. “Y entonces pensé: 'Lo entiendo, lo entiendo. No me había hecho ilusiones con esto en una década. Fue un par de meses después del Super Bowl, estábamos en Kansas City y recibí una llamada de mi mamá, y me dijo: 'Ya tienes tu música'”.
Corrió hacia Travis Kelce, quien estaba jugando videojuegos, y ambos compartieron un momento de alegría abrumadora. “Esto cambió mi vida. No puedo creer que aún esté pasando”, afirmó.
Para Swift, recuperar sus masters no se trataba solo de beneficios financieros, sino de preservar su legado. Poseer sus masters le otorga control total sobre la distribución, licencias y la forma en que su música será recordada en el futuro.
“Esto no es solo un activo por sus retornos o dividendos. Son las entradas de mi diario, las canciones que escribí sobre cada fase de mi vida, mis videos musicales, mi arte, todo lo que he hecho está en este catálogo”, explicó en el podcast.
En mayo de 2025, Swift anunció oficialmente la compra de sus masters en una nota digital publicada en su sitio web, donde escribió:
“Todo lo que he creado ahora me pertenece. Mi obra de toda la vida”.
Este logro, valuado en 360 millones de dólares, marcó el fin de una lucha de más de dos décadas, en la que Swift enfrentó obstáculos legales, financieros y emocionales.