"Nadie nos va a extrañar". El éxito orgánico de una historia auténtica

No hay fórmulas para el éxito, pero sí la conjunción de elementos clave que hacen que un proyecto se vuelva afortunado. Nadie nos va a extrañar tiene esa característica, una historia honesta, hecha con el corazón, que despierta la nostalgia, y al mismo tiempo une generaciones. En los años noventa, un grupo de adolescentes trafica con tareas, mientras enfrenta los problemas propios de la edad; y con ellos, vemos a un país de cambio, convulso.

“Cuando empezamos a dirigir la serie con Catalina (Aguilar) y con Silvana (Aguirre) pensábamos en la generación que sería tocada, nuestra generación, la generación X, pero me impacta mucho cómo la generación Z encontró un lugar y un espacio, y cómo la serie se convirtió en ese puente generacional, muchas personas de 40 me dicen que ven la serie con sus hijos y debaten los temas”, dijo Samuel Kishi a MILENIO, respecto al éxito de la historia.

“Se me pone chinita la piel de pensar en la respuesta que ha tenido el público, el cómo han conectado con la serie, creo que tiene que ver con la universalidad de los temas, no es una serie que solo provoque nostalgia por los noventa, los personajes son entrañables, el elenco ha sido muy generoso y eso es algo que el público abraza y entiende”, agregó Kishi, sobre la comedia mexicana que, desde hace unos días, se convirtió en la más vista de Prime Video.

Como parte de la trama, cinco adolescentes buscan dinero y popularidad, por lo que crean un negocio ilegal en la escuela: trafican con tareas, pero todo cambia con una muerte inesperada. El telón de fondo de esta historia de adolescentes es un país en movimiento, con un ideal de cambio, un contexto político y social que lleva al espectador a los meses previos a aquella crisis económica que cambió la vida de muchos mexicanos, en 1994.

“Había un fondo social y político, las campañas políticas, la campaña de solidaridad de ese entonces, un México cambiante es lo que está detrás de nuestros personajes. En un primer plano tenemos las aventuras de los adolescentes, pero también hay mucho detrás. El 94 fue un revoltijo, y eso era la metáfora perfecta de un México cambiante y adolescente, un México hormonal, eso le da otra capa de profundidad a la serie”, explicó el realizador.

Fenómeno de la pantalla

Todos estos elementos, hicieron de Nadie nos va a extrañar una historia de éxito. Con el estreno del primer episodio comenzó la verdadera promoción: el boca a boca, la recomendación entre amigos, los trends en redes sociales, el impacto de una historia que no solo le recordó a la generación Z los boings de triangulito, la paleta de semáforo, los vochos verdes en las calles y tantas cosas más. Esta historia fue más allá, unió generaciones.

“Veo mucho fanart en internet, muchos chicos de la generación Z están haciendo dibujos tipo anime, hay muchos edits en redes sociales y eso me impacta mucho, hay algo que los está llamando, y creo que se debe a que es una serie honesta, está hecha con el corazón y eso conecta, creo que debemos respetar a la audiencia y hablarle desde un lugar autentico”, dijo Samuel, sobre los contenidos alternos que se generan alrededor de la historia.

“Pensé que esto iba a ser un choque generacional, pero la verdad fue lo contrario, el elenco tuvo una apertura increíble. Sí les tuvimos que explicar lo que era un discman, cómo funcionaba un walkman o un teléfono de disco, así eran las cosas antes. Algo muy importante también fue que nuestro talento tuviera una edad cercana a la prepa, y creo que el tener esos rostros frescos le dio una energía increíble a la historia”, agregó Kishi.

Indudablemente, la música es un factor clave dentro de la historia y fue lo que conectó con gran parte de la audiencia. Temas de Julieta Venegas, Fobia, Duncan Dhu, Hombres G y Caifanes se convirtieron en el fondo de cientos de videos virales. Escenas extraídas de la serie llegaron a redes sociales, reseñas, conversaciones y muchos contenidos más continúan surgiendo en distintas plataformas. No hay campaña que logre esto de forma orgánica.

“Cuando iniciamos la serie, el elenco comenzó a hacer muchas preguntas, una de las más fuertes fue “¿qué es Caifanes?” y yo así de: “sacrilegio”, por dios, me dolió en la edad y en mi alma melómana”, explicó Samuel sobre el impacto que le causó que nadie de su cast conociera a la banda de rock mexicana, “comenzamos a platicar de los noventa y su música, me llevé una sorpresa, vi cómo les cambiaba el rostro y comenzaron a hacer sus playlist”.

“Somos afortunados, porque tenemos un gran guión, cuidaron muy bien la producción, la serie es diversa. Se conjuntaron muchos elementos y mucho amor en cada departamento y solo podía salir algo amoroso, no me toca decidir si es buena o mala, pero sí puedo decir que buscamos hablarle con honestidad al espectador, y si desde el proceso creativo la amamos y también nos dolió, seguro el público lo podrá percibir lo mismo”, agregó.

Continuamos creciendo

"Nadie nos va a extrañar" es una historia de amistad situada en los años noventa y son pocas las producciones que llevan a la pantalla una historia sobre esta etapa de la vida, llena de cambios y decisiones que marcan el futuro, “es una serie que habla de lo difícil que es crecer, de encontrar nuestro lugar en el mundo, de pertenencia y de identidad, todo esto en un contexto noventero, en un México también cambiante y adolescente”, comentó Kishi.

“En la historia encontré al Samuel adolescente, lleno de dudas, al Samuel melómano, encontré la música que me iba a sanar las heridas, que me pondría feliz, fue un puente importante el acercarme a esta historia y empezar a construir los personajes; me vi reflejado, había días en los que me sentía identificado con Tenoch, con la nostalgia de Memo, lo melómano de Marifer, la vitalidad de Daniela, todos tienen algo que amas”, agregó.

YVI