El cantautor español, que busca que México abrace sus composiciones, está estrenando su disco El mismo que viste y canta, en el que explora el góspel y aborda temas como la migración y el maltrato
Nando Agüeros está cumpliendo 26 años en la música, desde el día en el que tras el éxito de su grupo de folclor en su pueblo, Torrelavega, Cantabria, había que hacer un disco, y él decidió escribir una canción; lo hizo, salió bien y así empezó a escribir y a escribir canciones, inspirado también en la escucha de las obras de Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, José Luis Perales y José Alfredo Jiménez.
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Tantas canciones ha escrito que en ese andar ha tenido material suficiente para producir “12+1 discos”, pues no le gusta el número 13, precisa en la entrevista con MILENIO.
Así se descubrió como cantautor, el español busca que el público mexicano abrace sus canciones, acaba de estar en México en una breve visita en la que ofreció un par de recitales en la Asociación Montañesa y la Universidad Nacional Autónoma de México, donde le hicieron un reconocimiento; y también se dio tiempo para cantarle a los adultos mayores del Hospital Español. Nando espera regresar el próximo otoño para presentarse en vivo con sus músicos.
Hoy retorna a Madrid para preparar lo que será su nueva gira, en la que presentará los temas de El mismo que viste y canta, una producción en la que “exploró nuevos ritmos y temáticas diferentes” sin perder su esencia, ese gusto por “escribir letras sencillas, pero con una carga emocional fuerte”.
¿Qué distingue a El mismo que viste y canta?, ¿sigues siendo el mismo?
Este material tiene 11 canciones inéditas, más una revisión de un clásico, “Viento del norte”, que quería volver a grabar; para ello conté con el violinista Ara Malikian, que aportó sus kilates con su violín. En cuanto a los cambios, he cambiado muy poco en estos 26 años que llevo en el oficio; sin embargo, sí he buscado otros terrenos que explorar, he abordado otros temas en este último disco.
Ya he escrito muchas canciones a mi tierra, el norte de España; y ahora, además de abordar temas personales, de amor, de desamor, hay temas sociales, como una canción que se llama “De a deveras”, que habla de la migración de los chicanos que van a Estados Unidos; también abordo el tema del maltrato, el Alzheimer y la religión. Por eso es un disco muy diferente a lo que he hecho hasta ahora, en el que además utilizo estilos diferentes, como el góspel y la canción fronteriza que tiene sabor mexicano.
¿No estar casado con un solo género te ha permitido llegar a más público?
Es una forma muy dinámica y divertida de hacer discos, le da colorido. Lo he hecho en todos mis discos, por lo que puedes escuchar desde bachata hasta pop, rock, góspel y hasta salsa. Me gusta que a la hora de vestir mis canciones, vayan con trajes muy diferentes.
¿Cómo es tu proceso creativo, buscas a las musas o ellas te buscan a ti?
Lo primero es que te tienen que pillar trabajando, porque si no, pasan y se van (risas). Encuentras canciones en cualquier noticiero, en cualquier periódico, encuentras una canción en cualquier noticia que te impacte, que te cale, que te llegue al corazón, la desarrollas para darle visibilidad a esos problemas sociales que nos asolan en estos tiempos. En este último disco he metido mucho de eso, de canciones de periódicos, de eso que leemos todos los días, de migración, de guerras.
Tienes gran conexión con los jóvenes ¿A qué lo atribuyes?
Me gusta escribir de forma sencilla, no me gusta hacer letras que no entienda nadie, que solo las entienda yo; y sí, son canciones sencillas, pero que tienen una carga emocional bastante importante. Es un poco la clave de mi éxito. Saber o haber podido conectar con el sentimiento.
¿Cómo va tu relación con México?
Es una relación de poquito a poco, las primeras veces que venía a México me iba a ver el público español más que nada, pero siempre he tenido el sueño y la ilusión de poder expandirme aquí y que los mexicanos escucharan mis composiciones. Ahora el deseo es que el público mexicano abrace mis canciones.
DAG