Lo que no se ve, con frecuencia produce más miedo. Esta es una de las máximas del género de terror y es uno de varios caramelos que ofrece Longlegs al espectador, la nueva película de Nicolas Cage, catalogada como “la más aterradora de la década” o una “digna heredera de El silencio de los inocentes”, por decir un par de cosas sobre cómo ha sido recibida en otros países.
Convertido en un asesino en serie, en la cinta Nicolas Cage explora una nueva faceta actoral, mucho más enfocada en crear un personaje aterrador que poco se ve en pantalla, pero que revela una mentalidad psicópata producto de los traumas: “Ese fue el gran reto” al filmar Longlegs, explicó a MILENIO Andrés Arochi, el mexicano detrás de la fotografía de esta historia.
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“Lo más difícil fue tener a un talento como Nicolas Cage y no poder grabarlo, fue un reto interesante el cómo generábamos un personaje sin verlo”, dijo Arochi respecto al rol que está en manos de Cage y que, prácticamente aparece un par de ocasiones durante la primera la mitad de la película, para luego dar a su presencia un impacto más aterrador.
La trama no es tan simple como investigar y capturar a un asesino en serie, de acuerdo con lo dicho por el propio director, Oz Perkins, va más allá, nos muestra el vínculo retorcido entre una madre y su hijo.
En una entrevista para IndieWire, se refirió a los secretos de su familia como una influencia directa, la mayoría de sus películas “se basan en mi experiencia con mis padres”
Con esta influencia familiar y haciendo una analogía con Hansel y Gretel una de las películas que dirigió Oz, surgió la idea de que “una madre puede mentir, y puede hacerlo por amor”. Gran parte de la trama de Longlegs tiene sustento en ello. Incluso, el cineasta salió hace un par de días a compartir el final explicado de la historia: un vínculo familiar y el culto satánico.
Traducir la visión de Oz a imágenes no fue sencillo, pero sí una gran oportunidad de experimentar, explicó Andrés Arochi.
“La manera en la que dirige es muy inteligente, es muy permisivo, genera mucho espacio y confía en su gente. Cuando elige a alguien para su equipo confía en su estética, deja que trabajes, que experimentes y que propongas.
“Es una película que empezó siendo muy chica, y fue creciendo como una bola de nieve —agregó el mexicano, respecto a cómo Longlegs se viralizó en redes sociales gracias a una escena en la que se revela por primera vez al asesino—, es un proyecto que se hizo con mucho amor entre varios amigos, pero todo creció y llegó a otro nivel que nunca imaginamos”.
Palpitaciones al máximo
En la escena aparece Longlegs (Nicolas Cage) ante Lee Harker (Maika Monroe), la investigadora que sigue el caso de los asesinatos. Un detrás de cámaras compartido por Neon muestra el momento en el que la frecuencia cardiaca de Maika se elevó a 170 latidos por minuto al ver a Cage en personaje.
“Esa escena fue un shock para todos —dijo Arochi—. Ese es el momento justo cuando Nicolas llega al esplendor de Longlegs, él está gritando y cantando la canción de Crimson and Clover, la cantó como 27 veces seguidas, Oz, yo y el equipo de cámaras nos volteábamos a ver y nos preguntábamos si cortábamos o no, porque llevábamos 30 minutos, pero Oz nos decía: ‘Sigue’, aunque no lo fuera a usar después”.
Esta era la forma en la que Cage entraba en personaje, “era lo que lo elevaba para llegar hasta el punto máximo; era impresionante compartir ese espacio con Longlegs, porque ya no era el actor, ya era el psicópata; fue increíble. Fue uno de los mejores performances de mi vida, tener a Nicolas interpretando a este loco y llegando tan alto”.
Referencias a un clásico
La película ha sido comparada con El silencio de los inocentes, no solo por poner en pantalla a un asesino en serie perseguido por una agente del FBI, sino por ofrecer un terror capaz de secuestrar el subconsciente. Uno de los más grandes temores como humanos, sobre todo como niños, es que tus padres se vuelvan contra ti.
Longlegs ofrece eso
“Es un halago que hagan esa comparación, porque El silencio de los inocentes me marcó para siempre; es una obra maestra, un icono, un parteaguas, no sé qué decir, pero se siente increíble. Íbamos por el suspenso, por un thriller psicológico, ahora la gente la relaciona con el terror. No tenía idea de que habíamos hecho algo tan oscuro”, dijo Andrés Arochi.
Los crímenes que sigue la investigadora del FBI apuntan a un asesino en serie, pero rumbo al cierre de la historia se revelan situaciones que involucran un vínculo familiar y a culto satánico. Hay idas y vueltas en el tiempo y eso también fue un reto para el cinefotógrafo mexicano, “visualmente era separar estas dos épocas: los 70 y de los 90”, explicó Arochi.
Y además
Viaje al pasado visualLa parte de los años 70 se filmó en 35 mm, “con el aspecto 4.3 para separarlo de cómo se veían los thrillers de los 90 en el aspecto widescreen. El uso de la luz y cómo jugar con la oscuridad; el uso de lentes abiertos para aislar a nuestro personaje y dejarla que se sienta sola y vulnerable, que los cuartos se vean más grandes que ella”, agregó Arochi.