A unos días de vivir una experiencia más, la decimaséptima en el Super Bowl, Inés Sainz comparte lo que ha sido su relación con el deporte, terreno que la conquistó desde pequeña, influenciada por crecer rodeada de puros hombres, su padre y tres hermanos.
¿Ya te estás preparando para el Super Bowl?
Sí, ya es el decimoséptimo, el primer Super Bowl de Tom Brady también fue el primero para mí, vamos de la mano los dos.
¿Qué ha sido para ti esa historia con el Super Bowl, considerando que hace 17 años la mujer no tenía el mismo rol en el ámbito deportivo y no había mujeres cubriendo futbol americano?
Ha sido un viaje maravilloso, la oportunidad que se me dio en la NFL de poder transmitir la pasión que sentía por este deporte y llevarlo más allá al establecer un estilo, una nueva manera de ver el futbol americano, y con la grata sorpresa de que fue muy bien recibido, desde el Super Bowl número 36.
¿Ha sido difícil por el hecho de ser mujer?
Ha sido un camino largo,porque no estaban acostumbrados a que la mujer hablara de esos temas, pero poco a poco me fui ganando a la gente y a la misma NFL, que hoy me abre las puertas. La primera vez que fui éramos tres mujeres, dos estadunidenses y yo, estábamos entre todos los periodistas hombres buscando nuestro propio espacio y sin ningún privilegio, teniendo que sacar las cosas al igual que cualquier otro, luchando por la nota, pero fue emocionante demostrar de qué está hecho uno y que podíamos estar en igualdad a los hombres.
También está el otro punto, cuando cuestionen que una mujer esté en un campo de hombres e incluso se pueda dar el tema de acoso…
Por el hecho de ser mujer, al principio se te quedan viendo, pensando: “¿Qué va a cubrir espectáculos o de qué va a hablar esta niña?”, pero cuando se topan con que estás preparada y tienes capacidad como cualquier periodista que está ahí, se sorprenden. Decían: “Esta niña qué hace aquí”, les daba curiosidad platicar conmigo, entonces esa parte de poder hacer que su curiosidad me ayudara para tener la entrevista, la aproveché. Y después de que entendieron que me había ganado un lugar y que era una periodista seria, fue lo que me catapultó y me dio credibilidad.
¿Hay algún consejo que les des a las mujeres que siguen tus pasos?
Que sean auténticas, que demuestren que están ahí porque aman el deporte, esa es la clave para transmitir la pasión que generan los deportes en el público, que no imiten a nadie, que creen su propio estilo
¿Cómo inició tu pasión por los deportes?
El deporte ha estado en mi ADN desde que nací, vengo de un entorno muy masculino, con tres hermanos, donde toda mi vida fue practicar deporte, hacer deporte y muy cercana a todo ello. Y cuando crecí me di cuenta que no había mujeres hablando de deporte y dije: “¿Por qué en el área de las comunicaciones no hay nadie dispuesto a explorar ese mundo?”.
¿Qué ha sido lo más difícil para lograr tu objetivo?
Lo que más trabajo me costó fue tener credibilidad, pasar de la niña rubia que le puede gustar a la gente, que está en la tele; a que hoy me digan la mujer del deporte en México, pero ese salto lo logré a través del trabajo y de cuidar cada detalle, porque lo que construyes en años, lo puedes perder en segundos.
Sin embargo, te va bien, has vivido momentos críticos…
Claro, tanto en lo personal como en lo profesional. En lo personal, a través de la enfermedad que vivió mi mami (esclerosis múltiple) durante más de 30 años, fue un tema muy complicado, triste, que ella pudo llevar con una entereza y dignidad increíble, pero que definitivamente te marca. Esa parte siempre va a estar ahí, haciéndote ver que la vida es frágil y hay que agradecer día a día lo que tienes y la salud, que es tan importante. Y en el ámbito profesional, aquella vez que estuve con los Jets, que entré a hacer una entrevista y cuando salgo de ahí, de pronto se hace un escándalo internacional, porque se dice que los Jets me habían acosado y que yo había provocado la noticia, cosa que fue falsa, eso salió de otras periodistas que también estaban ahí. Son momentos para los que quizá no estás preparada, pero que tu carácter te saca adelante y gracias a Dios salí fortalecida y muy agradecida con la vida de esa situación.
Eres un ejemplo, trabajas y tienes una familia. ¿Cómo logras el equilibrio en ambas facetas?
El balance radica en elegir bien los proyectos que debo hacer y en dar el tiempo que debe ser a mi familia, no me saturo de trabajo para no descuidar a mi familia.