Jeremy Irons es miembro del más exclusivo grupo de actores, con un Oscar, un Tony y un Emmy en su haber. Pero el actor inglés de 66 años, una edad a la que muchos consideran jubilarse, no podría estar trabajando más.
Este mes preside el jurado del Festival de Cine de los Campos Elíseos en París y recientemente filmó tres películas independientes. También aparecerá el próximo año en la muy anticipada 'Batman v Superman' como Alfred, el mayordomo eternamente fiel de Bruce Wayne (Bruno Díaz).
Su filmografía, que abarca películas comerciales y cine de autor, de alto y bajo presupuesto, es típica del versátil actor. Irons comenzó en el teatro, ganó un Premio de la Academia por el drama de 1990 'Reversal of Fortune' ('El secreto von Bulow') y muchos lo conocieron como la voz del malvado león Scar en 'El rey león'.
Cerca del Arco de Triunfo, luciendo un sombrero de paja, Irons conversó relajado sobre envejecer y sobre por qué hacer películas de alto presupuesto no es necesariamente más divertido.
"No veo los filmes como taquillazos o cintas independientes. Solo veo buenos y malos guiones. Supongo que por eso mi carrera ha sido tan variada", dijo. "La diferencia principal con las cintas de gran presupuesto es que ves menos a los otros actores, hay mucha espera".
Irons dijo que los grandes estudios de Hollywood han decidido irse por lo seguro con películas de fantasía y superhéroes que gustan a las masas, como 'Batman v Superman', pero señala que esto ha afectado al cine independiente.
"No puedes culpar a los estudios por no arriesgarse, es inevitable. Pero la desventaja es que recaudar dinero para películas independientes de presupuesto mediano se ha vuelto cada vez más difícil. Es una verdadera lástima", manifestó.
Irons dijo que sus casi cinco décadas de trayectoria le han dado la confianza para buscar guiones dignos.
"Uno simplemente ya no siente la presión", explicó. "Uno no tiene tanto miedo de ofender a la gente. Y uno puede buscar proyectos que realmente valen la pena".
El actor usa su fama para buenas causas. Ex embajador para la agencia de alimentos de la ONU, hace cuatro años recorrió Europa con 'Trashed', un documental sobre el problema medioambiental de los desechos.
"No es un tema sexy, pero me hace mucho más feliz dedicar mi energía a promover filmes que cambien las vidas de la gente que hablar de una cinta que pueda o no tener mérito y que de cualquier modo es una historia ficticia. Siento que estoy haciendo mejor uso de mi tiempo", dijo. "Podemos usar nuestra fama para algo positivo".