El regreso a los sets de filmación “es un panorama incierto” en la industria del cine debido a la pandemia, dijo Rodrigo Prieto durante una charla que ofreció Instagram, en la que compartió parte de su trabajo como director de fotografía de las cintas Amores perros, Brokeback mountain y El irlandés, tres filmes que lo retaron en su labor cinematográfica.
“No tengo idea de qué va a pasar, lo que hacemos requiere de estar en grupos de gente, lo que se dice por acá es que cuando esto comience de nuevo será con pequeños crews y muchas medidas de seguridad, quizá habrá máscaras y guantes, incluso seguros importantes para garantizar la salud”, comentó Rodrigo Prieto hace unos minutos en Instagram.
“No sé si tengamos que esperar a que haya suficientes pruebas o no para volver a trabajar o si habrá algún tipo de pasaporte especial para que quienes ya sean inmunes puedan trabajar, yo he estado tratando de ver si hay opciones de animación en lo que se arman las producciones en sets, pero todo está parado, es una situación incierta para todos”, agregó.
Mientras la cuarentena se levanta alrededor del mundo, Prieto espera concretar su siguiente proyecto de la mano de Martin Scorsese, “no sé qué pasará, espero que se apruebe el presupuesto, la intención es hacer Killers of the Flower Moon con Scorsese, no lo puedo confirmar aún, pero espero que se arme, todavía no me contratan, sé que esa es la intención en cuanto la circunstancia nos lo permita”, explicó.
En esta charla, Prieto compartió anécdotas sobre los rodajes de tres películas que marcaron su carrera: Amores perros, de Alejandro González Iñárritu; Brokeback mountain, de Ang Lee; y El Irlandés, de Martin Scorsese. Así como las técnicas de fotografía que ha desarrollado desde su paso por el Centro de Capacitación Cinematográfica a la fecha.
Eran finales de los noventa, Iñárritu y Prieto daban el salto de la publicidad al cine con Amores perros, pero había un inconveniente en la industria del cine de aquella época: el sindicalismo, “era prácticamente imposible trabajar en una película si no estabas sindicalizado y para serlo debían votar por ti… era imposible de esa forma”, recordó.
“Cuando leí el guion de Amores perros me di cuenta que el tema era bastante sórdido y un look bello no funcionaría; casualmente me encontré con un libro de Nan Goldin sobre una fotografía muy cruda. En una reunión con Alejandro llevé este libro y en ese momento él me dijo que no sabía si yo quería hacer esta película y que entendía si no quería y me dijo: “tengo esta referencia” y era el mismo libro”, agregó Prieto.
Con esa referencia comenzó el rodaje y una de los retos a vencer era “lo gris de la Ciudad de México, por la contaminación, así que el reto era lograr que la ciudad no se viera así y me puse a estudiar el tema de los revelados y le escribí a varias personas preguntando cómo lograrlo, porque cada película es como volver a ir a la escuela”, comentó.
Gracias a esta película mexicana fue como lo contactó Ang Lee para dirigir la fotografía de Brokeback mountain, donde el reto consistió en que la cámara acompañara a los personajes de Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, “los vaqueros no hablan mucho, se expresan de otra forma y descubren sobre la trama que son homosexuales; no hablan de eso y Ang quería que la cámara se comportara así también”, dijo.
“Yo venía de otra película: Alexander de Oliver Stone, donde la palabra caos era el eje, así que la simpleza de Broke fue bella, Ang fue muy preciso, eso me costó un poquito de trabajo porque anteriormente yo tenía la libertad de poner la cámara donde sintiera que era correcto, pero Ang ponía el plano, sí tiene un gusto extraordinario y sus peticiones eran muy buenas, le entré a su forma de trabajar y aprendí a disfrutarlo”, explicó el mexicano.
Martin Scorsese es un director que aparece en varias ocasiones dentro de la ficha de trabajo de Rodrigo Prieto, primero llegó El lobo de Wall Street, después Silencio y el año pasado El irlandés, otro de sus retos en la dirección de fotografía, debido a que la historia requería de hacer escala en varias épocas y ver la evolución física de los protagonistas.
“Una parte importante eran los recuerdos de estas personas, la vida pasada y la vejez, así que un look digital no era apropiado, quise filmarla en negativo de cine, pero debíamos crear el sistema de tres cámaras para que estuvieran sincronizadas y dar el efecto del tiempo, así llegamos a la conclusión de usar ambas y darle a lo que se filmó con cámaras digitales la misma intención que ofrecen las cámaras de cine”, dijo el cinefotógrafo.