El actor de doblaje Miguel Ángel Botello es el responsable de darle voz a personajes tan disímiles como el de un empresario, un comediante, un actor de acción y un marinero en los episodios de 'The Simpson', pero también en casi todas las plataformas que ofrecen series y miniseries como Chernobyl o Succession.
A finales de 2020 enfermó de covid-19, hecho que le hizo replantear su manera de ver el mundo y asumir que lo mejor de la existencia es formar comunidad o tribu. En entrevista para MILENIO se interna en el concepto del trabajo, las nuevas formas de comunicación y la promoción y apoyo de los proyectos de los otros.
“Gran parte de mis actividades tienen que ver con el doblaje que hago desde hace 24 años; hice teatro desde hace 37 años, empecé como a los 14 ó 15 años. Aunque no estaba saliendo por el tema de la pandemia y eso, tuve una invitación de Súper-Con, de Enrique, para venir a Torreón, entonces hablé con un doctor y me dio unas recomendaciones porque yo padecí de covid-19 en diciembre, me pegó de una manera muy distinta a como se escucha, tuve otros síntomas pero bueno, aquí estamos”.
Originario de Durango capital, Botello asegura que Torreón le trae buenos recuerdos. Hace más de 30 años se presentó en el Teatro Isauro Martínez con la obra El diluvio que viene.
En ella su hermano Arturo era el director; su padre hacía la voz de Dios, y en esa gira fue donde a Miguel Ángel le pidieron su primer autógrafo, hecho que lo dejó paralizado hasta que dice, casi le dieron un zape para reaccionar.
“Derivado del trabajo que he hecho en Los Simpson hace 17 años, a pesar de que tengo 24 años haciendo doblaje, llego a Los Simpson a hacer Mister Burns, Chalmers, el Señor Abeja, el Capitán McCallister, el Texano Millonario, Mister Burns de niño y la mamá de Mister Burns… he hecho aproximadamente 12 personajes en Los Simpson, es lo que rifa y lo que la gente saca más a colación, sin embargo en series que están en HBO, Netflix, FOX y trabajos que me han gustado mucho, por ejemplo hay una serie que se llama Succession donde hago el personaje que se llama Frank”.
Amante de la música, Botello también participó en la serie Vinyl que dirigió Martin Scorsese con la producción de Mick Jagger, aportando su voz para el personaje mafioso Corrado Galasso; En Chernobyl interpreta a Boris Scherbina, y en Netflix se puede apreciar su trabajo en Colateral, Medical Police y en Chance, de Hugh Laurie. La lista continúa hasta que se le cuestiona la hora del descanso.
“No, manejo un coworking (trabajo colaborativo) llamado 358 grados, un estudio de grabación; tengo una empresa de eventos privados empresariales que está clausurada ahorita por la pandemia, pero el negocio sigue ahí y es mi base, y ahí tengo salas de capacitación, de hecho ahí está la escuela de Tony Rodríguez y Elsa Cobián que son actores y directores de doblaje, pero ahí tenemos oficinas, salas de juntas, de capacitación, un jardín de 200 metros cuadrados donde hacemos eventos y un estudio de grabación”.
Botello apuntó que los trabajos de oficina donde se debe permanecer sentado durante horas no son para él. Es por ello que también hace audiolibros.
“Yo lo que estoy dando (en redes sociales) son cursos de doblaje para Latinoamérica porque en México está todo y con la pandemia se abrieron las posibilidades para que trabaje cualquier persona porque la mayor parte del trabajo es de manera virtual, no presencial, pero imagina a los actores que vienen del doblaje y no tienen las instalaciones, tienen que hacer una inversión y a ellos se les han cerrado las puertas, así de difícil. “Yo trabajo mucho con la cuestión de emprendimiento y me refiero a que si llegas al lugar donde tenemos 358 grados te pregunto ¿Qué haces, a qué te dedicas? He estado cuatro años en un grupo que se llama Business Networking International (BNI) y el lema de ellos es que mientras los demás están dormidos, nosotros estamos haciendo negocios. Otro lema excelente de ellos es ‘Ganar dando’”.
Miguel Ángel Botello dijo que bajo esta visión realiza alianzas y une a las personas sin cobrar un peso. Lo único que pide a cambio es que recomienden su trabajo.
Y si en el pasado tuvo su propio restaurante y trabajó para un supermercado transnacional, la enseñanza que le dejó este ejercicio es que constantemente las personas se deben reinventar, y para aprender no hay nada mejor que sentirse emocionado cuando se emprende algo nuevo.
“En donde puedo involucrar a gente que necesita la chamba pero es formal y no me va a quedar mal. Conozco mucha gente que ahora me siguen pidiendo consejo. Tengo una comunidad que han trabajado conmigo, yo le digo tribu y soy muy cercano a mi gente, normalmente me doy el tiempo para enviarles mensajes y a la hora recomendarlos no les pido absolutamente nada. Pero eso me da a mí un boomerang que, el día que yo necesite algo, créeme, no hay quien me diga ‘No, no puedo’. Mi filosofía es la de siempre estar dando porque cuando se te ofrezca puedes levantar la mano y habrá un montón de gente que te quiera apoyar”.
EGO