Susana Alexander. “No hay que sentirse culpable por parar”

La velocidad del otoño, obra escrita por Eric Cole, cuenta la historia de Alejandra, una mujer de 80 años que es pintora, viuda, tiene hijos y es independiente, dispuesta a seguir con su vida hasta que se enfrenta a la duda que tiene su familia de si es o no capaz de valerse por sí misma y decidir cuál será su destino.

Este es el último trabajo teatral en las grandes producciones de la primera actriz Susana Alexander y en entrevista para MILENIO explica el motivo de esta decisión.

“Mi cuerpo me dice: ‘Ya no puedes hacer todo lo que hacías, Susana’; mentalmente sí puedo. Mi cabeza dice una cosa y mi cuerpo dice que está cansado y tiene derecho, porque de verdad que ha trabajado mucho, no saben ustedes cuánto. Vamos corriendo de un lado al otro y no nos escuchamos, hay que hacerle caso al cuerpo y no sentirte culpable por parar y descansar”, reflexiona.

Decidida a bajarse

Desde el año pasado estaba decidida a dejar las producciones que implican un mayor trabajo, pero quería una obra que fuera especial, cuando Guillermo Wiechers le mostró esta historia supo que era la adecuada para despedirse.

“Quería una obra importante y esta lo es. Deseo dejar algo en el corazón de la gente, porque va a ser mi última obra. La van a recordar por años como otras que hice. No nada más quiero que me vengan a aplaudir, quiero dejarles algo. Es una obra maravillosa en la que también se van a reír; tiene un humor muy cáustico, incendiario. La historia es muy conmovedora y la gente la va a amar, porque es entrañable”, comentó.

Para la actriz no es un retiro total porque cuando la contraten seguirá presentando sus espectáculos unipersonales.

“Presento poesía y cuentos que son fabulosos; tengo siete y abarcan diferentes temas, hay para el Día de la Madre, la violencia familiar, la menopausia y las mujeres. Voy a seguir haciéndolos, y en marzo entro a una telenovela, así que no me retiro de la actuación”, explicó.

“Mensaje precioso”

En escena la acompaña el actor Fernando Canek Ciangherotti, quien le da vida a Carlos, uno de los hijos que regresa después de varios años de ausencia y se convierte en el mediador de la familia.

“El mensaje es precioso por la forma en la que conecta con el público, porque es una historia que todo el mundo va a llegar a tener que vivirla. Es una obra lúdica que busca hablar del tema cuando todo en la lotería de la vida está a tu favor, para tomar la decisión responsable de respetar las decisiones de los padres, de entender como hijos que hay que ser agradecidos porque ellos nos tuvieron paciencia en la etapa formativa y hay que ser recíprocos”.

La actriz destaca que es acción natural la que se manifiesta en el mensaje del texto: “Es el orden natural de la vida: que el balance sea justo y amoroso, que todos estemos conscientes de que en el momento en que tenga que venir la despedida, que puede ser muy adelante, se haga con todas las cartas sobre la mesa y con calidad”, concluyó.

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