Proponen versión más conceptual e íntima para estreno de “Sweeney Todd”

El próximo 13 de octubre se estrena la obra musical de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler, en el Teatro Milán, najo la dirección de Miguel Septién

Sweeney Todd el musical se estrena el 13 de octubre en el Teatro Milán
Ciudad de México /

Miguel Septien reconoce que una nueva versión del musical “Sweeney Todd”: El barbero asesino de la Calle Fleet es hasta ahora el mayor reto y riesgo de su carrera, pero promete una producción diferente, íntima, sin estridencias, enfocada en la teatralidad de la historia de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler.

“Nos concentramos mucho en la teatralidad inherente al texto. Si tomamos como referencia la película de Tim Burton de 2007 u otras producciones, muchas veces intentan ser muy realistas, tratan de evocar de forma literal la época en que se desarrolla la historia, el Londres de la revolución industrial.
“Nosotros nos anclamos en lo que la obra y la música misma proponen: un grupo de seres contando la historia de Sweeney Todd; nuestra producción es bastante conceptual, íntima, estéticamente muy bella, para nada realista, invita al público a usar mucho su imaginación para construir junto con el elenco la realidad y pesadilla que por momentos implica una historia como esta”, comenta en entrevista con MILENIO Miguel Septién.

La flamante puesta en escena del artista queretano, con la dirección musical de Dano Coutiño, se estrena el próximo viernes 13 de octubre, para una temporada en el teatro Milán hasta el sábado 30 de diciembre, con un elenco encabezado por Quecho Muñoz (Sweeney Todd), con Flor Benítez (señora Lovett), Alberto Lomnitz (juez Turpin), Jimena Paredes (la pordiosera) y Luisa Cortés (Johanna).

“Vatru Entertainment hizo una producción hace como cinco años. La manera en que ahora estamos contando la historia, en coproducción con ellos e Ícaro Compañía Teatral, es radicalmente diferente; me emociona bastante porque empodera mucho a los artistas, tanto actores como músicos”, añade Septién, que realizó la traducción de las letras de las canciones de Sondheim y el libreto de Wheeler.

El musical tuvo su premier en Broadway en 1979, dirigido por Harold Prince, con Len Cariou como Sweeney Todd, y Angela Lansbury como Mrs. Lovett; en México, se estrenó en 2018 en el Foro Cultural Coyoacanense, dirigida por Ricardo Díaz, con Beto Torres y Lupita Sandoval de protagonistas.

Completan el elenco Andrés Elvira, Ervery Ortegón, José Grillet, Diego Enríquez, Eduardo Siqueiros, Melissa Cabrera y Carla Heftye.


El barbero británico

“Sweeney Todd” cuenta la historia de un asesino serial ficticio de nombre Benjamin Baker que después de pasar 15 años en prisión injustamente, busca venganza y degüella a sus enemigos en su barbería para después usarlos como ingrediente para sus pasteles de carne con ayuda de una vecina. Se basa en un texto de 1970 del inglés Christopher Bond, a partir de una leyenda urbana del Londres victoriano, y se popularizó gracias a la adaptación cinematográfica de Tim Burton, con Johnny Depp y Helena Bonham-Carter.

¿Por qué una historia tan sangrienta como Sweeney Todd fascina?

Es un texto fenomenalmente escrito; la música es maravillosa, bella, ayuda a que la trama se cuente de una forma espectacular. Es un texto, como los grandes clásicos, a los que siempre vamos a querer volver. Habla de pasiones humanas que nunca van a cambiar: el amor, el deseo hacia la persona que amamos, hacia la familia, hacia tener un lugar en el mundo. La forma tan original de contarlo y las vertientes tan únicas, tan graciosas y tan terroríficas también que tiene como pretexto para abordar estos temas son bastante disfrutables y catárticas de ver para el público.

Septién, entre cuyas puestas en escena con su compañía Ícaro destacan Marat/Sade, Despertar de primavera, El beso de la mujer araña, Ciudad luminosa, The Pillowman, Argonáutika y Urinetown, apuesta por la metateatralidad y jugar con los ensembles que cuentan la historia para hacerla divertida.

“Buscamos las maneras más efectivas, bellas, divertidas de contar esta historia, para que podamos aterrizar en todos los momentos que implican drama, pasión, terror, como lo plantea, pero que también sea una experiencia muy divertida y muy teatral para el público, que recuerde que, al final, el teatro funciona como una metáfora, el teatro no debería pretender engañarte que es real, el teatro sugiere que una mesa puede ser un segundo piso o una plataforma o que una silla puede ser mil cosas diferentes.
“Esa es una filosofía muy anclada en esta producción de Sweeney Todd, porque tenemos que regresar al teatro a jugar con una metáfora, a invitar al público a que imagine las cosas con nosotros y que recuerde que es parte de la magia del teatro, que creamos colectivamente una realidad a través del trabajo del elenco y la participación activa del público que los está viendo”, expone el creador escénico.
El actor Quecho Muñoz interpreta a Sweeney Todd. ESPECIAL

¿El México de tanta violencia está preparado para un musical como “Sweeney Todd”?

Sí, totalmente. Si nos anclamos simplemente en los asesinatos, puede sentirse muy estridente o algo agresivo para el público. Hay que recordar que el motivo que tiene “Sweeney” para embarcarse en esta cruzada de asesinar gente tiene que ver con un resentimiento social que él ha vivido durante los 40 y cacho años que tiene. Él ha sido una persona profundamente oprimida por las clases altas de la sociedad y no encuentra ningún tipo de salida, ni de ayuda, ni de mecanismos para cambiar un poco el status quo. Y él se ve empujado a buscar justicia con su propia mano, ya que las mismas personas que deberían estar actuando como estos mecanismos justicieros son los que provocan esta opresión,

Evidentemente, la historia tiene elementos fársicos y muy fantásticos. Pero, el deseo que tiene “Sweeney Todd” de proteger lo suyo, lo poco que le queda, recuperar lo que le fue arrebatado, y de hacer justicia cuando no hay nadie más que la esté haciendo, es un deseo con el que podemos empatizar la mayoría de las personas. Independientemente de lo estridente que puede ser lo que hace, su núcleo emocional y sus motivaciones, todos en algún momento, en pequeña o gran medida, los hemos tenido”.


¿Cómo ha sido la colaboración con Dano Coutiño?

Llevo trabajando con él unos 12 o 13 años, es uno de mis colaboradores y amigos más cercanos. Tenemos un buen rato jugando con diferentes musicales y, específicamente, creando arreglos, en los que con muy pocos instrumentos y personas en la fosa de músicos y en el escenario, tratamos de contar estas historias que son bastante épicas y grandes en muchos sentidos. La colaboración nos permite encontrar maneras austeras, porque no contamos con demasiados elementos, pero que permiten que la historia se cuente de manera más inmediata y un poco más pura.

Hay ahorita una producción de “Sweeney Todd” en Broadway, que se está contando con un ensemble de treinta y tantas personas, con veintitantos músicos en el foso. Para mí lo que hace que una historia sea potente es que la puedas contar con un grupo reducido de personas, que tengan muy claro cuál es la historia que están contando. Para mí eso es la magia del teatro, algo inmediato, íntimo, potente, sin necesidad de algo estridente, épico en el número de personas que están involucradas. Lo que tratamos de hacer con esta producción es regresar Sweeney Todd a un lugar en el que la obra es inmediata, íntima, donde el público se envuelva con una historia sin necesidad de elementos de producción gigantescos para que se cuente.


¿Se facilita hacerlo en el Teatro Milán, que conoces muy bien?

Totalmente. Eso es de gran ayuda. El escenario del Milán es pequeño comparado con otros teatros. Y lo que me ayuda mucho es que ya he hecho musicales ahí, incluso con elencos más grandes que este. Y me ayuda mucho a entender cómo utilizar el espacio reducido y cómo hacer que una historia se cuente y tener un trazo escénico interesante, sabiendo que no tenemos un espacio gigantesco para poder movernos ni dentro ni fuera del escenario.

¿ “Sweeney Todd” es el mayor reto y riesgo en tu carrera?

Sí, ciento por ciento. Porque encima de que el material es muy demandante, necesita para contarse a nivel de trama soluciones diversas; en este caso estamos tratando de encontrar las más teatrales, las más conceptuales, las más imaginativas posibles. Además, es una pieza muy querida por el público, la gente que la conoce la ama y la que no la conoce al menos sabe de la película, de qué va la historia. Y eso siempre es un reto: cambiar el paradigma de lo que la gente cree que es “Sweeney Todd”.

¿Qué aporta un musical al público mexicano?

El teatro, en general, aporta ene número de cosas. Es un mecanismo para validar nuestra experiencia humana a partir de ver humanos vivos frente a nosotros tratando de hacer sentido de ella. Específicamente el teatro musical, al utilizar la música para contar una historia, tiene un canal directo hacia el corazón del público. La música nos permite derrumbar barreras de una forma certera y directa y contar una historia apelando no nada más a la parte lógica del público, sino también a la emocional; ambas partes del cerebro, la lógica y crítica y la sentimental. Eso es un poder del teatro musical, que puede ser un arma de doble filo si no tratamos bien el material que tenemos; pero, en esta ocasión, se potencia la historia a través de la maravillosa música que escribió Sondheim.
YVI

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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