Mamma Mía! Tercera llamada: listos para salir a escena

Lisset, Marisol del Olmo, Gicela Sehedi, Alejandro de la Madrid, Francisco Rubio y Armando Arrocha, Luja Duhart y Sofía Carrera no solo coinciden en el escenario del teatro Insurgentes, sino también en la pasión que sienten por su trabajo.

La obra de teatro musical | Especial
Ciudad de México /

Un par de golpes en la puerta del camerino de Lisset en el Teatro de los Insurgentes es el detonante para conocer toda la acción que hay detrás del escenario, previo a la presentación del musical Mamma Mía!

Lisset responde y autoriza el ingreso; mientras la peinadora sigue afinando sus rizos y ella detalla el maquillaje que permite su transformación en Donna, el personaje que, comparte: “Me ha salvado la vida”.

El reloj marca las 4:30, falta casi una hora para la tercera llamada; hay tiempo para platicar con la actriz y con el resto del elenco, que a unos pasos y en sus respectivos camerinos, también prepara su caracterización. Lisset luce contenta de estar en el escenario y así lo reconoce al iniciar la charla.

¿El teatro es tu hábitat?

"Sí, es mi formación, el escenario, el teatro; yo no tenía pensado regresar.Con la pérdida de mi padre, luego que fui a dormir a mi perro, después de que casi se me muere mi mamá, tuve muchas pérdidas; hasta de dinero. Por eso quería tomarme tiempo para sanarme, pero la vida, mi papá, el teatro me obligó a regresar. Siempre hago caso a la intuición y a las señales".
"La primera llamada que tuve fue de Gerardo Quiroz, me dijo: ‘Vamos a hacer Fiebre de sábado por la noche’; y dije: ‘Esto no es normal'. Porque esa fue la última obra que hice con mi papá. Y no quería, pero dije: ‘No puedo no querer, me la están mandando’. Y la tomé. Y de ahí empecé a dosificar el duelo, a trabajarlo de otra forma y a trabajar, porque tenía que recuperar el dinero perdido, especialmente ahora que me hago cargo de mi mamá. Entonces, dije: ‘Qué bendición. Por eso siempre he dicho que el teatro me salva y siempre me ha salvado’”.

Su cabellera casi está lista, apenas falta un par de mechones por rizar; mientras ella empieza a enchinar las pestañas, al tiempo que continúa con su comentario.

“¿Sabes? Todo confluye en sus momentos. Y qué mejor manera que en el lugar que te has alimentado, y para mí ha sido el teatro. Cuando digo que me salva, es porque en las épocas más difíciles que he tenido, las más dolorosas, de muertes, de duelos, de divorcios, siempre he estado ahí.
Foto: Especial

Además, para la actriz el Teatro de los Insurgentes tiene una connotación especial, pues además de ser el lugar donde trabajó desde muy pequeña, también compartió el escenario con su papá.

“Crecí en el Insurgentes. Yo era parte del ensamble, la chiquita de Calle 42, cuando el teatro era de martes a domingo. Mi padre aquí dirigió las comedias más importantes como Yo y mi chica; aquí descubrí que esto era lo que quería hacer toda mi vida, y cuando te das cuenta que amas lo que haces y además a la gente le dejas algo, dices: ‘A esto vine, esta es mi misión’, y es curioso, porque a veces estoy haciendo novela, a veces series o cine; pero siempre regreso al teatro, por ello lo valoro y lo honro”.

Su peinado está listo, también el maquillaje que resalta sus ojos verdes que contrastan con el azul de su overol; poco a poco Donna se va apoderando de su cuerpo para entrar a escena. Y es justo cuando ella se refiere a la mujer que interpreta en el escenario, en el musical que confiesa: “No era muy de mi gusto”.

A mi no me gustaba Mamma Mía!, porque no era fan de Abba, aunque la película me encantó porque amo a Meryl Strep y la sigo en todo lo que hace. Y yo decía: ‘¡Qué padre anécdota! Me gusta la historia, tiene historia, tiene carnita. Y qué padre que las canciones aunque no me gusten, las oyes en todos lados, son conocidas. Pero todo era porque yo estaba más casada con los BeeGees".
"Pero la empecé a conocer y la empecé a adorar, me di cuenta de que Donna era yo. Este año el Teatro de los Insurgentes cumple 70 años, y yo 50, entonces digo: ‘Claro, estoy en la edad, ya me pasaron muchas cosas, lo único distinto es que yo sí sé quién es el padre de mi hija (risas)’”.
"De ahí en fuera todas las vivencias, anécdotas de una mujer de más de 40 años aquí están; entonces, si me preguntas: ¿te costo trabajo? Mi respuesta es: nada. Las agarre, las bordé, no en Lisset, le presto mi cuerpo a Donna y ya la adoro, porque con la ayuda del director, Jason A. Sparks todo ha funcionado y somos un gran equipo”, dice justo en el tiempo indicado para seguir preparándose.

La mejor obra

En el camerino contiguo están Marisol del Olmo y Gicela Sehedi. Ellas ya están casi en personaje, Marisol en Tania y Gisela en Rosi; solo les falta detallar algunos aspectos de su vestuario. Mientras lo hacen comparten cómo ha sido la experiencia del musical, en el que Marisol comenta, “una (o sea Gisela) es la pandrosa que no tiene tapujos ni pelos en la lengua, y la otra (ella) es la que va tras los millonarios y es como muy de la high.Ha sido tan maravillosa que siempre llegamos antes para disfrutar la convivencia tras bambalinas, la cual ha sido importantísima para estar compenetrados entre todos”.

Marisol comparte cómo llegó al musical: “Yo cada que se escucha que va a ver algo en este teatro, levanto la mano, y cuando hay algo para mí se convierte en mi lugar feliz. Porque se trabaja muy bien, independientemente de que sea el mejor teatro, de que las propuestas que se hacen son muy buenas, la gente que produce es muy bonita, entonces soy muy feliz de regresar al teatro. Y ahora con Mamma Mía! que no es por intrigar, pero mi hijo me ha dicho que es la mejor obra en la que he estado” (risas).

Y ese es un buen juicio ¿no?

"Me queda clarísimo que sí, porque además es muy puro".

Gisela dice que Mamma Mía! el musical no es nada nuevo, “pues hace 13 años estaba como ensamble en el montaje y era suplente de Tania; así que terminé haciendo muchísimas funciones, era un capítulo que había cerrado, que disfrute mucho, pero de repente abrieron audiciones; y además en el Insurgentes, no podía faltar porque le traía muchas ganas”.

Foto: Especial

Los galanes comparten reflexiones

Alejandro de la Madrid, Francisco Rubio y Armando Arrocha, los tres actores que en el escenario son los tres amores de Donna, ocupan el camerino más amplio, aunque cada uno tiene su espacio y lo marcan muy bien a la hora de iniciar la charla con MILENIO. Durante la plática evidencian su gusto y pasión por ser parte del musical, pero también sus miedos y la reflexión que les han dejado sus personajes.

Paco toma la delantera y expresa: “Yo hablo por mí, me está dejando mucho aprendizaje, crecimiento a nivel humano y artístico; es mi primer musical así que estoy aprendiendo muchísimas cosas de mis compañeros y del género en sí mismo”.

Alejandro de la Madrid lo secunda para destacar la calidad de la obra; así como su nerviosismo cada que le toca cantar. “A mí el orgullo que me da estar en el musical es que es un teatro a la altura de la calidad de cualquier ciudad del mundo; además, es un teatro que se reconoce por el prestigio, por el nivel de calidad que tiene. Me siento muy afortunado de estar en una obra tan luminosa, que la gente se distraiga un poquito para venir a cantar, a bailar; especialmente en este momento que estamos viviendo cambios tan fuertes”.

Sin embargo, reconoce que hay momentos en el musical que lo ponen nervioso.

“Yo he disfrutado mucho mi personaje, que además no se parece en nada a mí, pero me gusta porque me reta, pues como me aviento a la cantada, y es lo que más nervio me da en el planeta entero, me tiemblan las piernas cada que empiezo a cantar”.

Armando coincide con sus compañeros y destaca la riqueza de sus personajes y la analogía que encuentra con sus vidas.

“A mí lo que me ha dejado es cierto grado de humildad, por el hecho de ser parte de un musical tan importante, y por otro lado me he puesto a pensar que nuestros personaje están a la mitad de su vida y cada uno de ellos buscando respuestas a su cotidianeidad; pero en esa búsqueda se topan con la alegría que les da Mamma Mía!, ese amor, esa alegría que se proyecta en el canto, en el baile, incluso en la nostalgia por la música; y que buscamos compartir al público”.

Foto: Especial

El elenco joven

Luja Duhart y Sofía Carrera, al igual que sus compañeros, aprovechan los últimos momentos para checar a detalle que su vestuario, maquillaje y peinado esté en sincronía para salir a escena.

Ella comparte su ritual: “Yo me encomiendo a la virgencita y a Diosito, sacudo el cuerpo para sacar malas vibras y no entrar con mucha tensión y acto seguido entro a escena”.

Mientras que Duhart no deja de admirarla, incluso antes de que ella comenté cómo llegó a Mamma Mía! él explica: “Acababa de llegar de Argentina, donde fue a hacer una serie de Disney; llegó, hizo el casting y se quedó”.

Ella sonríe y asienta con la cabeza; la química entre ambos no solo se advierte en el escenario, sino también en su convivencia en el camerino.

Y Duhart continúa para explicar “la gran escuela que está siendo el musical para nosotros. Porque aquí no hay repetición, aquí si hay error tienes que salvar la situación. No es de que se vuelve a grabar”.

Sin embargo, ambos agradecen, en voz de Duhart “estar en la mejor escuela de actuación, que es el teatro”, y que Sofi dice es “como una carretera en la que encuentras curvas, hay días de lluvia, de sol, pero siempre es muy divertido y más si es un musical como este, en el que el baile, el canto y la actuación se combinan para que sensibilices al público”.

La voz en off ha dado la tercera llamada, todos toman sus posiciones y sus personajes están listos para salir a escena.

El ensamble de gran nivel

Ana Cecilia Anzaldúa, Mauricio Salas, Marco Anthonio y Brenda Romo forman parte del ensamble en la puesta en escena, lo que proyecta el gran nivel que tiene la producción de Tina Galindo y Claudio Carrera. El musical que se presenta por segunda ocasión en México será el marco para el festejo por los 70 años del Teatro de los Insurgentes para el cual se prepara un gran festejo.


hc

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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