A unos días de iniciar los ensayos de Hello Dolly!, el nuevo musical que producirá en mancuerna con Tina Galindo, Morris Gilbert y Ocesa, y que si las cuentas no le fallan es como el “quince o veinte” que lleva al escenario, Claudio Carrera confiesa que hace 15 años, cuando debutó en el medio teatral con El Graduado, que protagonizaron Margarita Gralia y Mauricio Ochmann, “pensé que era la única obra que iba a producir”. Sin embargo, la decisión de aplicar sus conocimientos como administrador de empresas en el terreno teatral, sumado a la inspiración y gusto por el arte escénico que, desde niño, le generó el hecho de que sus padres lo llevaban a ver las obras de Manolo Fábregas, se han combinado para ir creando su propia historia en el área de la producción.
Siempre atento a lo que sucede con su equipo de trabajo, aunque reservado en sus acciones, Claudio aprecia cómo en el Casino español, donde se hizo la presentación de la compañía, Daniela Romo detalla a la prensa la responsabilidad de encarnar el personaje que primero hizo Libertad Lamarque y años más tarde Silvia Pinal. De igual forma observa a unos metros la emoción de los bailarines por compartir la experiencia de ser parte del musical que se estrenará en el teatro Insurgentes en octubre, y se sorprende cuando se le solicita la entrevista, pero su amabilidad se antepone y así comparte que su hobbie se ha convertido en su forma de vida.
Llegó la hora de Hello Dolly!...
Sí, oficialmente empezamos en unos días, cuando llega el director coreógrafo, Jason A. Sparks, de Nueva York; es un plan muy organizado de ensayos diarios. La producción ya está a todo lo que da, en vestuario y escenografía, y ya listos para empezar en el teatro Insurgentes.
¿Qué número de obra es para ti?
No sé, llevo como quince o veinte, perdí la cuenta, tenemos 15 años produciendo. Bueno, con Tina tengo 14 de socio, en el teatro Insurgentes; con Ocesa también 10 u 11 años de socios, ya son muchos años; y ahora con Morris con El hombre de la mancha. Todas las obras que he producido son especiales y muy diferentes entre sí.
¿Cómo llegas a la producción teatral?
Por gusto, por afición, por hobbie, porque yo estudié administración de empresas, y lo mío eran los negocios y estaba enfilado a eso, pero de chico me llevaron mucho al teatro mis papás. Me llevaron a ver a Manolo Fábregas en el teatro San Rafael y todas las (obras) de Silvia Pinal, y las que ponía Marcial Dávila con Olivia Buccio en el (teatro) Insurgentes; entonces, de chico vi todo eso, por eso desde entonces me encantó el teatro. Me parecía increíble, y ver a Manolo Fábregas, que yo entendía que era actor, productor y director, me impresionaba mucho, sobre todo la faceta de productor, se me hacía muy interesante.
Cuando terminé la carrera iba a hacer una maestría de negocios internacionales, me fui a Londres a ver a dónde iba a estudiar, pero ahí decidí que lo que quería hacer era esto (dice al tiempo que dirige su mirada a la compañía que integran los actores, bailarines y hasta sus socios productores).
Y empecé a conseguir algo para producir, a ver qué tal me iba. Y pensaba que si no me iba bien, pues me regresaba a hacer otro tipo de cosas. Así conseguí los derechos de El Graduado, la montamos en el teatro Telmex, y nos fue increíble con Margarita Gralia y Mauricio Ochmann, y fue un trancazo.
Yo creí que era la única obra que iba a hacer y había otros negocios distintos a esos, pero en ese ínter me llamó Tina Galindo, y me dijo: ‘Oye, tenemos Cabaret, queremos hacerla y nos gustaría platicar contigo y con tu equipo creativo para asociarnos; eso fue en 2004.
Empezamos a platicar y así empezó esta… que ya no es sociedad, para mí es una amistad y hemos hecho una familia que lleva 14 años produciendo y luego con Ocesa. Así es la historia, ya llevamos entre quince y veinte obras. Con Diego Luna hemos hecho cuatro juntos como socios.
Festen en el teatro Helénico, El buen canario en el Insurgentes, Cook y la más reciente, Privacidad; con Luis Gerardo dos y con Daniela es la segunda obra que hacemos.
Entonces, veo para atrás y digo: ‘Qué padre todo lo que ha pasado porque nada ha sido forzado, ha ido sucediendo como las cosas deben ser, de manera natural.
Me acuerdo que cuando hicimos La novicia rebelde con Bianca Marroquín, al terminar la temporada empezamos con Todo sobre mi madre; es curioso porque no puede haber cosas más distintas por los temas que tocan. Pero para mi eso ha sido lo padre, la variedad, aunque todas con un común denominador, porque hemos seguido una línea de calidad y de nivel creativo para lograr un resultado exitoso. Aunque la misión siempre es superar la anterior.
Sabemos cuál es el papel de los actores en una producción, pero ¿cuál es el rol del productor, qué hace un productor?
Producir es buscar la obra, el reparto, los tiempos con el reparto, con el equipo creativo, que los números avancen bien, ver cuánto te puedes gastar; sobre todo cuándo te arriesgas a hacer un montaje de este tamaño (se refiere a Hello Dolly!), porque o lo haces muy bien y le metes todo, músicos, actores, bailarines, escenografía, todo lo que requiere, o se ve chafa.
Hello Dolly! es una inversión fuerte, no puedes quitar un bailarín porque se ve, aunque sean muchos, no puedes escatimar en la escenografía, en el vestuario, todo se tiene que ver de primer nivel para que la obra luzca y la gente la disfrute y valga la pena pagar un boleto.
Eso es parte del trabajo del productor. La idea es que cuando la gente llegue a la taquilla y pague un boleto… no le duela. En todos los teatros hay diferentes niveles de precios, pero nunca es barato. A veces significa un sacrificio, pero cuando la gente dice: ‘Lo que me gaste es poco comparado con lo que veo’; ahí te das cuenta que hiciste un buen trabajo, y en ese sentido, afortunadamente Tina, Morris, Ocesa y un servidor, hemos hecho un gran trabajo, las cuatro partes nos completamos y hemos logrado cosas bien hechas.
¿Cuál es el paso de la producción más complejo desde que eligen la obra hasta que dan la tercera llamada y se levanta el telón?
Lo más complejo son los tiempos, cuando como espectador vas y ves una obra, todo te parece fácil, pero para que veas ese producto hay todo un trabajo detrás, desde diseñar la escenografía, el vestuario, la adaptación, la campaña de publicidad… Aunque encontrar el reparto, creo que puede ser de los puntos más difíciles, sobre todo en los musicales, porque necesitas gente que baile, que cante, que actúe, que tenga ciertas características, esa es una de las partes más complicadas; y tener al director y al coreógrafo que sea el adecuando es lo más difícil, ese es el otro reto.
Los musicales son obras muy difíciles, tú no puedes permitirte que el timing de la historia se caiga o que haya algo que medio funcione, tienes que tener una precisión y un ritmo muy alto; en esta obra el otro reto era traer al coreógrafo, afortunadamente logramos traer a Jason, que la acaba de montar en Nueva York, y conoce la obra de pe a pa; entonces, estamos seguros que nos va a montar un espectáculo sensacional.
¿Es buen negocio hacer teatro?
Mira millonario no te haces produciendo teatro, ni en México, ni en ningún lugar del mundo, a menos que seas Andrew Lloyd Webber o los productores de Wicked o de Hamilton. Pero haciendo las cosas bien..., y en nuestro caso, que tenemos el teatro Insurgentes y el Libanés (recién remodelado y donde estamos presentando La sociedad de los poetas muertos) y a los actores ideales para cada proyecto, claro que eso ayuda y suma para que nos permita vivir bien y seguir produciendo cosas del nivel que México se merece.
Twitter: @Adriana_jiramil
Mi energía y creatividad está en el teatro: Claudio Carrera
ENTREVISTA
El productor, quien está cumpliendo 15 años en su labor, y prepara con Tina Galindo, Morris Gilbert y Ocesa Hello Dolly!, comparte que pensó que El Graduado sería su primera y única producción y cómo Manolo Fábregas lo ha inspirado.
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