El tenor mexicano Rolando Villazón (Ciudad de México, 1972), director artístico de la Fundación Mozarteum, en Salzburgo, interpreta al Papageno de La flauta mágica, hasta el 30 de diciembre en la MetOpera; y el lunes 18 de diciembre ofrecerá el recital Serenata Latina con el arpista Xavier de Maistre, en el Alice Tully Hall del Lincoln Center de Nueva York.
“La flauta mágica tiene los tres pilares que para mí son los pilares de mi vida y de la de cualquiera: amor, arte y humor”, dice emocionado Villazón desde Nueva York.
La historia de Villazón con Mozart es estrecha y añeja: en 2011, con Yannick Nézet-Séguin, actual director artístico de la MetOpera, se embarcó en la grabación de sus últimas siete grandes óperas, un proyecto que hoy cuenta con Don Giovanni, El rapto en el serrallo, La clemenza di Tito, Cosí fan tutte, Las bodas de Fígaro y La flauta mágica. Falta Idomeneo, que debutará Villazón en Berlín en dos años.
Villazón concede una entrevista la víspera de su participación también como anfitrión en la histórica función de Florencia en el Amazonas, de los mexicanos Daniel Catán y Marcela Fuentes Berain.
“Mozart no quería revolucionar, ni crear un nuevo sonido, y creó tantísimos caminos, abrió atajos que a nadie se le ocurrieron antes. Decía que si la música no llegaba al corazón de la gente, no le interesaba. Aun lo feo tiene que sonar bonito, pensaba. Lo que une a Mozart y Daniel Catán es que su música, cada uno en su momento histórico, es moderna, contemporánea, pero busca provocar emociones, quiere conmover al público, estremecer, contar lo que el texto dice”, expone el cantante.
Cuando le tocaba grabar La flauta mágica, a Villazón nunca le interesó el protagonista, Tamino, interpretado por un tenor. Y Nézet-Séguin y la Deutsche Grammophon le propusieron cantar Papageno, barítono. Al principio Villazón rechazó la posibilidad pero se puso a investigar y descubrió que el Papageno original era en realidad actor, Emanuel Schikaneder, quien también escribió el libreto.
“Me di cuenta de que era correcto que un barítono lo hiciera, pero en realidad el primero que interpretó el papel fue un actor, el mejor Hamlet de su época. Papageno es un personaje que adoro, con el que conecto como persona y me divierto mucho. Adoro al hombre pájaro de Mozart”, explica Villazón por qué ahora vuelve a la MetOpera con este rol.
Hace un par de años interpretó el personaje en ese escenario en la producción tradicional en inglés para el público estadounidense de Julie Taymor, también directora de la película Frida, con Salma Hayek.
“Fue muy divertida y un gran éxito. Me dijeron entonces que tenía que regresar y ahora vuelvo con este papel, con este Papageno que es muy particular, muy bello, para toda la familia. Es un personaje al que admiro muchísimo, disfruto muchísimo, y que voy a cantarlo ahora. Si es posible lo cantaré en Viena también. Es un concepto y producción para niños. Tuvimos ensayo general el 5 de diciembre, día en que se conmemora la muerte de mi querido Mozart. Estoy convencido de que tenía que sucederme.
“Tenía que cantar el Papageno. Estoy muy emocionado de regresar e interpretar al señor Papageno, que curiosamente, hablando de Latinoamérica, es una producción en inglés, pero yo le meto un montón de palabritas en español por aquí y por allá. Lo hice hace dos años y me pidieron: ‘Por favor, hazlo otra vez, porque nuestro público latinoamericano, que es mucho, no sabes cómo disfruta que le metas el amigo, compadre, o ay, ay, ay’. Es un personaje difícil, como Arlequino, de mucha pantomima; otra vez: más actor, más mimo, que cantante. Hemos llegado a un balance que me permite interpretar este Papageno tan particular, cantarlo con la belleza que se merece y la que mi talento me permite dar”.
¿Qué les dice La flauta mágica a los jóvenes de la generación digital?
En primer lugar, es el impacto estético. Es una obra de arte que parece sencilla, pero que es complicada, al final de su carrera, el gran maestro logra imprimir en la partitura y en el texto eso. Tiene por ahí aspectos misóginos muy fuertes, parte de la cultura del siglo XVIII, a pesar de que para mí el personaje más fuerte es Pamina (soprano), la mujer y el personaje que termina siendo la heroína, el más fuerte. Pero, entrando más profundamente, hay un mensaje de amor, de que en el amor y la búsqueda de la luz está el camino hacia la buena vida. Hay que recordar que en esto aquí la masonería estaba muy presente tanto en Mozart como en Schikaneder; pero no era una masonería esotérica, sino filosófica; estamos en los tiempos en que los grandes intelectuales eran parte de esas logias, y su visión era del Siglo de las Luces, con una visión más de cómo aclarar el mundo.
Eso es lo que trata de reflejar La flauta mágica en la figura de Sarastro. Mozart es Papageno y Sarastro, si bien nunca hay que buscar autobiografías en la obra de Mozart, pero hay un gusto muy claro de Mozart por estos dos personajes: el de la sabiduría, de la luz, del camino; y el personaje payaso, lúdico, terrestre, natural, sensual. Entre estos dos mundos está Tamino, su individuación, de una manera junguiana. Al final el objetivo se logra solo con la figura femenina que es la más fuerte, sólida: Pamina. Hoy en día se deben trabajar las producciones para no mandar el mensaje equivocado de Mozart. También, creo que el arte no da respuestas; propone preguntas; el arte hace cosquillas en las dudas. Esta obra tiene mucho de misterio y de magia, para que nosotros nos divirtamos como público. Mozart quería que el público se divirtiera, se riera, disfrutara. Y luego hay tantas incógnitas, que uno se va rascando la cabeza sobre qué significa esto o aquello. Ni Mozart ni Schikaneder tenían pensado todo lo que está escrito, el arte va más allá del discurso intelectual del autor. Esa es la grandeza de la obra y de los artistas; hay un bagaje inconsciente colectivo que aparece en una obra y se conjunta y va a volverse un volcán del que salen un montón de ideas, interpretaciones, discusiones y diálogos sobre la obra. ¿Qué le dice a un joven de hoy? Que es un momento de gran diversión, de la más alta calidad artística, o lo puede invitar a profundas reflexiones filosóficas. Las dos cosas tiene La flauta mágica”.
La maldición es un leit motiv en muchas óperas. La maldición de La reina de la noche a Pamina es brutal en La flauta mágica. Usted compartirá el escenario con una tremenda soprano para este papel, Kathryn Lewek. ¿Qué siente Villazón frente a este personaje antagónico?
No siente nada en este caso porque en ese momento le están poniendo el maquillaje, ja, ja, ja. Pero este es uno de los momentos en que hay que ver desde otra perspectiva a La reina de la noche. En la historia, ella estaba en la luz y se va a la oscuridad, como nos cuenta Sarastro, hay que revisar el texto. De hecho, hay una producción muy bella en París de Robert Carlsen donde se unen la oscuridad y la luz. A mí en lo personal me parece que es “la loca de la casa”, junguianamente, es la imaginación. Y en la imaginación está la locura, la rabia en otras perspectivas, que tiene maneras de expresarse extremas. Y Sarastro, que es la parte de la razón, una razón muy conservadora, también tiene momentos tremendos, terribles, cómo condena a la mujer, muchas de las cosas con las que yo no estoy de acuerdo. Pero, es justo en la unión de estos dos polos: la loca de la casa y la razón pura, kantiana, que entran juntos, y que se vuelven el todo, junto con el amor.
A mí me parece que La flauta mágica tiene los tres pilares que son los de mi vida y de la de cualquiera: amor, arte y humor. Seguro en la de un mexicano alguien podría agregar religión o espiritualidad; yo no soy religioso, soy ateo, lo dejo en estos tres. Las tres están integrados: tenemos el humor, el arte, no solo el arte de Mozart, sino como símbolo: la música, la flauta, las campanillas, todo esto; y tenemos el amor que triunfa, de Pamina y de Tamino, pero también un amor materno que a lo mejor se va chueco. Es cierto lo que dice La reina de la noche: ‘A mí me traicionaron todos, a mí me han ido traicionando todos’. Si hablamos de manera simbólica, destruye a la razón para que lo que sobreviva sea la imaginación, la loca de la casa, pero es una imaginación que está desquiciada. También hay que ver que las Tres damas son enviadas por La reina de la noche, que también les dan a los Tres niños, que le dan la flauta a Tamino con la que triunfa. Es decir, son fuerzas que están ayudando desde diferentes lugares a Tamino, ninguna lo está llevando a su destrucción. Hay dos fuerzas: la noche y el día o la luz y el sol, que se completan, que se tienen que complementar al final de cuentas.
Ya lleva varios años al frente del Mozarteum, de la Semana de Mozart, y estará al menos hasta el 2028. ¿Cuáles han sido sus satisfacciones y retos?, ¿qué viene con la fundación?
Las satisfacciones son cada vez que escuchamos los programas que hacemos. Me involucro en cada programa, la visión, el tema. Ahora se ha extendido mi responsabilidad; empecé como director artístico de la Semana de Mozart y ahora soy director artístico de toda la institución. Así que soy responsable de toda la temporada, y he instituido este año, con un gran éxito, el inicio de la apertura de las actividades artísticas con un fin de semana que se llama Latino Mozart, en el que se presenta música latinoamericana con la de Mozart. Este año estuvieron Alondra de la Parra, como directora, la Havana Lyceum Orchestra y la Orquesta Iberacademy Medellín, de Colombia, con música de Alberto Ginastera, de compositores latinoamericanos, junto con Mozart. Fue un gran éxito, lo vamos a repetir cada año. Mis grandes alegrías son ver cuando se realizan los proyectos, los programas.
Los grandes retos y dificultades fueron pasar por la pandemia, por el golpe del financiamiento, la reducción de la casa, manejar el presupuesto que se redujo considerablemente y, con los nuevos recursos, mantener la calidad artística que he ofrecido desde 2019 y que logramos afortunadamente por las relaciones con las súper estrellas del mundo clásico, que me permiten tener esta calidad. Y estoy muy emocionado porque en enero, en unas cuantas semanas, abrimos nuestra Semana Mozart (Mozart nació un 27 de enero). En mis primeros cinco años como director artístico la hice sólo con música de Mozart, y ya en mi contrato hacia 2028 abro las puertas a otros compositores pero que arrojen luz a Mozart. Así, haremos Mozart y Salieri, dado que la película Amadeus (1984), de Miloš Forman, cumple 40 años; presentamos la película y tenemos una nueva producción teatral de la obra de Peter Shaffer; además de la ópera (Amadeus) con marionetas de Nikolái Rimski-Kórsakov, que es la que da vida a la obra de Shafer y al filme que hizo con Forman.
UN TENOR EN NUEVA YORK
Villazón, con una vasta discografía que ya ronda los 40 discos con la Deutsche Grammophon, muchos de ellos dedicados a Mozart, no sólo en óperas completas, sino en selecciones de arias y galas, tendrá nueve funciones como Papageno en La flauta mágica de la MetOpera entre el 8 y el 30 de diciembre.
El 18 de diciembre, también tendrá su recital Serenata Latina en el Alice Tully Hall, a un costado de la MetOpera, en el mismo Lincoln Center de Manhattan, que ya presentó en la pasada Semana de Mozart en Salzburgo y del grabó ya un disco con el arpista francés Xavier de Maistre, que lo acompaña ahora.
“Lo digo con mucha felicidad: el 18 de diciembre canto en el Alice Tully Hall mi programa de Serenata Latina, que es música de cámara, de arte y folclórica, con mi gran arpista De Maistre. Este proyecto ha sido un éxito en todo el mundo, y me da gusto que venga a Nueva York en el momento en que está teniendo un éxito tremendo esta ópera mexicana-latinoamericana, Florencia en el Amazonas”, señala.
El público neoyorquino podrá escuchar así al tenor interpretar temas como tradicionales mexicanos como “La Llorona”, “La Bikina” (de Rubén Fuentes), además de obras de los argentinos Julián Aguirre, Carlos Guastavino, Ariel Ramírez (“Alfonsina y el mar”), Yvette Souviron y Alberto Ginastera; de los brasileños Alberto Nepomuceno, Waldir Azevedo y Zequinha de Abreu; del colombiano Luis Antonio Calvo, o de los cubanos Eduardo Sánchez de Fuentes o Silvio Rodríguez, de él, una rareza oírlo en Estados Unidos.