La muerte del 'primer actor' mexicano Héctor Ortega, que se reportó este miércoles a los 81 años, impactó a la comunidad artística en México, pues él fue un personaje que cosechó una gran cantidad de papeles, tanto en el cine como en la televisión. Al momento, se desconoce la causa de su muerte.
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Ortega, que nació en la Ciudad de México, desde joven mostró interés en el teatro, por lo que se matriculó en diversos grupos donde fue puliendo su técnica actoral hasta convertirse en una garantía sobre el escenario. Aunque su carrera no se quedó frente al telón, sino que también incursionó en la pantalla grande y la pantalla chica.
Películas de Héctor Ortega
Algunas de las producciones cinematográficas más destacadas del 'primer actor' fueron las que realizó junto a grandes directores, por ejemplo:
- Santa Sangre (1989), de Alejandro Jodorowsky.
- Calzoncín inspector (1974), de Alfonso Arau.
- La montaña sagrada (1973), de Alejandro Jodorowsky.
- Los días del amor (1972), de Alberto Isaac.
- El águila descalza (1971), de Alfonso Arau.
Telenovelas de Héctor Ortega
Fue un rostro muy común en la pantalla chica, pues su calidad tras la cámara lo hizo un tipo recurrente por los directores de telenovelas. Aunque hay algunas donde logró realizar papeles entrañables, tal es el caso de Alegrijes y Rebujos (2003-2004), con el papel de Don Darvelio Granados; Amigos x siempre (2000), como Crispín Avila; El privilegio de amar (1998-1999), como Valentín Fonseca; y Cenizas y diamantes (1990), como Gabino.
Obras de teatro de Héctor Ortega
Héctor realizó decenas de obras de teatro, pues fue la disciplina que lo dio a conocer y con la que mantuvo un 'romance' toda su vida. Algunas de las puestas en escena donde participo fueron:
- La hermosa gente (dirección de Juan José Gurrola, 1957)
- ¿Locuras felices? (dirección de Alejandro Jodorowsky, 1964)
- La muerte accidental de un anarquista, de Darío Fo (dirección de José Luis Cruz, 1985).
También se desarrolló como director con libretos como Paren el mundo que quiero bajarme, de Newley y Briwsse (1967) y Asesinato en la Catedral, de T.S. Eliot.
yhc