'De viaje con los Derbez' llega a Jamaica

Después de casi una hora de recorrido en auto desde el centro de Kingston, en Jamaica –atravesando carreteras sinuosas, acantilados, viento y lluvia, enmarcados entre la dramática vegetación típica del clima tropical– llegamos a la casa donde se filmó la tercera temporada de De viaje con los Derbez, el reality que se propone seguir las aventuras de la familia Derbez en diferentes lugares del mundo. Una producción que pretende entretener a su audiencia y fungir como pretexto para el encuentro de sus protagonistas. Un oasis de tiempo en sus agendas.

“Yo estoy muy emocionado porque, la verdad, pocas veces nos podemos juntar. La gente no lo cree, pero con las agendas tan apretadas de todos… Andamos desperdigados por todos lados y no nos podemos ver. Cada temporada de De viaje con los Derbez es una oportunidad para estar juntos otra vez, conectar, convivir y platicar”, confiesa Eugenio en entrevista exclusiva con MILENIO.

Sentados en el porche de la casa, con una vista espectacular hacia Kingston, Eugenio Derbez (ED), Alessandra Rosaldo, Aislinn, Vadhir y José Eduardo (Aitana permaneció dentro) compartieron algunos detalles sobre la producción de este viaje, una idea que nació de Aislinn con la intención de darle un giro a las experiencias pasadas en Marruecos y Estados Unidos. En este contexto, Jamaica aparecía como un paraíso, una experiencia de viaje mucho más controlada en la que la familia se propuso descansar. Sin embargo, a lo largo de los seis episodios de la tercera temporada, el público podrá ver que no siempre las cosas salen como se planean.

“El clima de aquí es como mi ex… muy cambiante”, bromea Vadhir, secundado por José Eduardo: “Sí, es como México, pero más intenso. Tanto el viento, como la lluvia, como el sol, como el calor”.

¿Cómo deciden qué cosas permanecen en el producto final y cuáles no?

ED: Lo que intentamos, aunque no lo crean, es mostrarnos lo más natural posible. Hay partes en las que se nos va. Si hay una discusión o algo, decimos: “Eso lo cortamos al rato”, pero llegamos a edición y alguien nos convence de que se quede. Entonces, a veces se quedan cosas que nosotros no queremos que salgan, y que acabamos cediendo para ser honestos con la gente y para que vean que es real. Y hay momentos en los que se te olvida que están grabando. Tratamos de dar mucha verdad y honestidad a la gente sobre lo que estamos viviendo como familia.

El dinamismo y el buen humor son características que los acompañan dentro y fuera de cámara. Sin embargo, la prueba más evidente de por qué el éxito del reality es su dedicación y compromiso con el trabajo. Cada minuto que no utilizaron en entrevista se aprovechó para seguir preparando cosas sobre la tercera temporada: ideas de publicidad y promoción, charlas con integrantes del equipo de producción, encuadres y pendientes para el resto del día. Distintas estrategias con el objetivo de complacer al espectador.

“En esta temporada vamos a implementar los celulares. En las temporadas pasadas habíamos metido poquito material, pero muy poco. Ahora vamos a usar un poco más los celulares para ver más de nuestra intimidad”, explica Eugenio, haciendo énfasis en la importancia de todo aquello que pasa cuando se apagan las cámaras.

La vida real

Para Aislinn, lo que veremos será mucho más real a lo que muestran en sus redes: “Es totalmente distinto. En las redes sociales sólo ves como 5% de la vida real. La mayoría de la gente escoge únicamente las partes buenas, en las que se están luciendo, donde se ven espectaculares y todo es perfecto. La diferencia con este reality es que aquí nada es perfecto, van a ver muchas cosas, imperfecciones, conflictos, desacuerdos. Y sobre todo, van a ver una parte mucho más allá de lo que mostramos en las redes sociales”.

Aunque la intención de este viaje a Jamaica es ser menos arriesgados que en temporadas pasadas, también existe la presión de seguir mostrando diferentes facetas a través del programa de Prime Video; la preparación de este viaje se desarrolló de una forma más ordenada, con más tiempo y menos urgencia. Un testimonio al recorrido que ha hecho la familia Derbez con su equipo de producción, particularmente contando con Aislinn y Eugenio como productores ejecutivos.

“Yo era muy inconsciente”, dice Eugenio. “¿Era?”, pregunta Alessandra Rosaldo. “Bueno, soy. Siempre me ha encantado el peligro”.

“En especial esta temporada, hemos hecho un equipo de trabajo mucho más bonito, la energía es muy linda –comparte Alessandra–. Hay gente aquí que ha estado con nosotros las tres temporadas, que ya nos conocen. Hemos trabajado muy a gusto. Sí es trabajo, pero también es convivencia familiar y una oportunidad y pretexto para estar juntos, convivir, viajar y conocer lugares nuevos. Yo no hubiera venido a Jamaica si no fuera por esto”.

El futuro del programa

A pesar de lo que se llega a ver en pantalla –y de lo maravillosos que son los destinos en realidad– Vadhir, José Eduardo y Aislinn confirman que no siempre han disfrutado de los obstáculos que propone cada viaje, incluso aseguran que hay lugares a los que no les gustaría volver. Asimismo, explican que las jornadas de trabajo en cada temporada (que incluyen periodos de filmación, edición, discusión y planeación) llegan a ser de más de 10 horas por día, sin posibilidad de descanso o la certeza de comodidad.

A pesar de esto, cada uno de los miembros de la familia Derbez está convencido en seguir adelante con este formato, pues gracias a De viaje con los Derbez han logrado conectar con el público de una forma que también fortalece su relación familiar, que no siempre va de la mano con los compromisos personales y profesionales que cada uno tiene.

En ese sentido, los Derbez ya preparan las ideas para su siguiente viaje; Vadhir asegura que les interesa conocer Asia y otros lugares que no han visitado ni como familia, ni individualmente, y tampoco le dicen que no a una experiencia más fuerte. Eugenio, más concienzudo hoy en día, lo analiza y compara con una experiencia inolvidable que tuvieron como familia.

“Hace no muchos años hicimos un viaje maravilloso, del que la gente no sabe, al Polo Norte; se nos ocurrió y fue una locura. Es el viaje más extremo que hemos hecho en la vida. El único que no fue fue José Eduardo, no hubiera aguantado. Estuvimos en medio del mar, congelado, en una tienda de campaña porque ahí no hay ciudad, ni hotel. Estábamos en medio del mar. Es el viaje más extremo y peligroso que hemos hecho en nuestra vida. Ese sí hubiera estado como para documentarlo, impresionante, pero ya no lo queremos volver a hacer porque fue la cosa más terrible e incómoda que te puedes imaginar”, terminó Eugenio.

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