Por primera vez, tras muchos encuentros breves, pudimos hablar largo y tendido con la actriz mexicana nominada al Oscar, Yalitza Aparicio. Cuando le preguntamos si ya la habían dejado descansar, mostró una gran sonrisa y afirmó categórica: “Ellos sí, yo soy la que no quiere”, y así empezó una conversación muy libre en la que pudimos enterarnos de todo lo que ha aprendido y de todo lo que planea la protagonista de Roma.
Una historia como la tuya jamás me la había encontrado. Eres nuestra buena noticia de los últimos años. ¿Qué sientes al respecto?
Ha sido un peso grande, porque la diferencia entre la Yalitza de antes y la de ahora es que te das cuenta de que tienes una responsabilidad. Ya no es solo sobre ti, porque ya hay muchas personas que te ven, se identifican y está en mí tener cuidado de lo que diga y lo que haga, porque puede tener consecuencias. Hay personas que están contigo a las que puedes perjudicar.
Y esto llega en tiempos de redes sociales y opiniones de todo el mundo. ¿Has tenido que aprender qué decir y qué no?
Totalmente. En la época en la que estamos, ya no es solamente un grupo reducido el que te llega a decir y a aconsejar; también están más personas en las redes sociales mandándote mensajes que dicen: “Me agrada” o “No me gustó”, y tú recibes todas estas críticas. Entre más críticas y comentarios tengas, más va incrementándose ese peso sobre ti.
Me enloqueció de alegría cuando te vi hacer algo con Plaza Sésamo. ¿Cómo fue eso para ti, que tienes formación de maestra?
¡Igual a mí! Fue un momento maravilloso. Fue como sentirme más cerca a la profesión que elegí. Cuando me dijeron, pensé: “Claro que lo voy a hacer”, es un buen momento para acercarme más a los niños, porque esas nuevas generaciones, con todo lo que están pasando, no se nos deben olvidar.
Te veo muy aterrizada. Creo que viste todo lo que brilla y te diste cuenta de que todo lo que brilla no es oro, ¿fue así?
Seguro, y es que eso tienes que aprender. No me pude quedar sentada ahí, esperando, pensando: “Que alguien me explique”. Tengo que responderles.
Tu hermana, que originalmente te lanzó al casting con Alfonso e iba por el rol de Cleo, ¿qué te dice ahora?
Ella se encontraba embarazada y muy delicada, así que me botó a mí. Ni siquiera me preguntó con anticipación, sino que ya estando ahí insistió que yo pasara. Ella me ha servido mucho en toda esta trayectoria, porque, como ella cantaba desde muy pequeña, sabe desenvolverse y actuar frente a diferentes personas. En Venecia, me dijo: “No te pongas nerviosa, respira; no los veas a los ojos, porque muchos tienen una mirada imponente, te vas a poner nerviosa y se te va a olvidar lo que estás hablando.
¿Qué más trama Yalitza? Porque te hemos visto en muchas cosas, pero sé que faltan…
Sí, han llegado muchas cosas, y siempre he tratado de investigar bien en qué consisten para saber si van conmigo. Todo lo que elijo va con eso, tengo que saber que estoy cómoda con lo que estoy eligiendo.
Hace algunos días, estuvimos en el Tecnológico, donde me pidieron que se hiciera esta recolecta y que se ayudaran varias escuelas de la comunidad de Tlaxiaco, Oaxaca, de donde soy yo. Para mí fue una propuesta increíble.
De igual forma, hay eventos donde se trabaja con los derechos de las mujeres, de los niños, de las comunidades indígenas, el rescate de la lengua materna, que es algo que con Nancy García —su compañera en Roma— hemos estado tratando de trabajar.
Por ejemplo, ella me enseñó mixteco, porque yo no lo hablo. Siempre comenté con ella que no era posible que yo, como mujer mixteca, no lo hablara.
También nos encantaría que el mundo se dé cuenta de lo importante que es hablar varias lenguas. Algo que hemos tratado de hacer es que la gente aprenda a respetar. Si tú tratas a alguien con respeto, esa persona te va a respetar a ti.