Tras el paso del huracán Otis, Acapulco intenta recuperarse poco a poco. La basura, la reconstrucción y la falta de turismo ha impactado al puerto en los últimos meses, pero existe otro factor que impide el crecimiento de este municipio y aunque no es nuevo se ha recrudecido: las extorsiones.
Diversos sectores en Guerrero han denunciado las afectaciones por el asedio del crimen organizado, uno de los más afectado es el turístico, pero pocos se atreven a decirlo.
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En muchos casos, los pequeños y medianos empresarios, perdieron casi todo con el impacto del huracán, por lo que la mayoría tuvo que pedir créditos para volver a comprar herramientas de trabajo como vehículos, embarcaciones, refrigeradores, entre otros artículos.
“Uno le está batallando y ni así la perdonan, quieren ganar más de lo que uno recibe”, comentó el dueño de uno de los negocios turísticos, quien pidió total anonimato.
MILENIO platicó con diversos empresarios pequeños y medianos, que piden auxilio silencioso, pues es muy grande el temor de hablar.
“Estos no se andan con juegos”.
“Los que trabajan verdaderamente es a los que acosan y pues uno tiene miedo de decir algo porque sabes que te van a matar”, alertó Graciela, dueña de un importante negocio en la costera Alemán.
Afirmó que todas las autoridades lo saben, a niveles federal, estatal y municipal, pero no se hace gran cosa por detenerlos. Reconoció que la presencia de la Guardia Nacional ahuyenta a algunos y es por eso que han inventado que sus elementos acosan a las mujeres bañistas, cuando es mentira.
Las extorsiones van “dependiendo del sapo”, en la mayoría de los casos, a los negocios pequeños les piden 5 mil pesos semanales, "pero puedes negociar, les ofreces algo y si no lo aceptan lo mejor es cerrar”.
Muchos de los que están siendo extorsionados piensan que la solución no es tan compleja y es por eso que sospechan de la colusión de autoridades.
“Aquí se ha manejado el cobro del piso, no nada más en los negocios, es un grupo que no sé si sea fuerte, no sé, pero es un grupo local que creció en la Condesa, protegidos por algunas personas que estaban relacionadas en ese asunto, pero ha ido agarrando fuerza el grupo este, pero no es un grupo de cuidado, no sabemos por qué la autoridad no está llevando a cabo su chamba”, expresó Francisco.
Para levantar su negocio este pequeño empresario ha sufrido incluso lesiones físicas y aunque no está dispuesto a rendirse reconoce que se corren riesgos fuertes.
“Si uno se niega a pagar pues te matan, ha llegado los casos que los matan y si no es a la persona pues es a un familiar”
Todos los entrevistados coincidieron en que el Acapulco de oro se ha ido perdiendo, el turismo extranjero ya tiene miedo de acudir y el nacional aún no llega de lleno por las afectaciones de Otis.
“Nosotros lo que queremos es que no haya eso, que haya buena libertad en vender, en tener buen turismo, es a lo que se le echa más las ganas, pero aparece esto y pues sí nos acaba, poco a poco va acabando a Acapulco”.
RM