Animal Heroes, organización que impulsó la prohibición de animales en los circos, aseguró que está a salvo al menos 50 por ciento de los más de mil ejemplares que participaban en los espectáculos antes de la reforma a la Ley General de Vida Silvestre.
“Tenemos datos de la Semarnat de que, cuando publicó la prohibición, eran mil 46 animales, de los cuales más de 200 no podían venderse ni matarse, porque eran propiedad de la nación, estaban asegurados o habían sido decomisados. Posterior a la prohibición tenemos evidencia física, lo hemos visto, de que hay 519 animales vivos”, afirmó Antonio Franyuti, director de la organización.
En entrevista con MILENIO, detalló que de esos mil 046 que reportó la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, al momento de entrar en vigor la reforma, la fundación Black Jaguar White Tiger se quedó con 110 ejemplares y 94 fueron adquiridos por el parque Tizayocan, en tanto que 17 fueron rescatados por el Bioparque Pachuca, que en total suman 221.
Aunque no precisó el paradero de los 298 restantes, dijo que 69 eran propiedad de la nación, 54 fueron decomisados, 136 asegurados, 15 cedidos por el Circo Solary y 20 abandonados en Yucatán por el Circo Solei, de los cuales murió un papión, además de que otros cinco fueron entregados voluntariamente a la Semarnat por el Circo Fantasy.
Cambios a la ley
Luego de la muerte del gorila Bantú, Animal Heroes busca cambios en la ley para que los zoológicos operen únicamente como centros de conservación de especies amenazadas y que atiendan solo a animales nativos de México.
Asimismo, propone crear la figura de “santuario” para que los animales exóticos, como los tigres, vayan a esos lugares y transformar a otros en centros de rehabilitación.
“No queremos cerrarlos, queremos que se conviertan, porque hay más de 20 mil animales en todos los zoológicos del país. Tendrían que cambiar porque siguen criando animales que se venden sin ningún seguimiento de Semarnat y Profepa, porque no hay declaraciones reales”, apuntó el activista Franyuti.
Indicó que, junto con estas dependencias, realizan un censo para identificar los zoológicos que requieren cerrarse y los que son susceptibles de renovarse.