Dan último adiós a Agustín de la Huerta, empresario en educación y ex candidato a alcalde de Ciudad Madero

Entre lágrimas y aplausos dieron su último adiós al empresario de la educación y reconocido político del Partido Acción Nacional Agustín de la Huerta Mejía quien dejó de existir el pasado martes por la tarde a causa de complicaciones en su salud en un hospital privado del municipio de Tampico.

Con un emotivo evento se realizó una ceremonia homenaje de cuerpo presente en la preparatoria Madero que fue la primera escuela del Grupo Educativo Madero (GEM) que él mismo fundó.

El ataúd con su cuerpo fue recibido con aplausos, lágrimas y hasta globos por parte de alumnos, maestros, amigos, familiares y compañeros políticos, ya que a lo largo de sus 56 años logró recoger el cariño de todos ellos.

“Hoy despido a mi hijazo de mi vidaza”, comentó su madre Alicia Mejia Cuervo luego de contar una anécdota con él, para después reiterar que no lo va a tener en su recuerdo sino en su presente y después de llorarle tanto tiempo hasta quedarse sin lágrimas.

“El día de hoy no escucho, no veo, no estoy aquí, estoy con mi hijo, estoy con el hijazo de mi vidaza. Siento como si me hubieran hecho una operación a corazón abierto y sin anestesia. No te voy a recordar, te voy a llorar mucho y cuando termine de hacerlo, estarás en mi presente, siempre en mi presente, no en el recuerdo”, enfatizó su mamá.

“Vuela alto, nosotros cuidaremos de todo lo que amabas”, mencionó su primogénito Agustín de la Huerta, no sin antes reconocer el esfuerzo de su madre y apoyo incondicional a su papá en la salud y en la enfermedad Lorena Purata.

Estuvieron presentes sus tres hijos, Agustín, Alejandro y Lorena. Su hermano Andrés de De la Huerta fue quien se encargó de fungir como maestro de esta ceremonia, aunque fue imposible poder contener las lágrimas. También su hermano menor Antonio de la Huerta.

El padre, José León Cárdenas, también tuvo la oportunidad de dirigir unas palabras para “Guty” como todos los conocían, debido a que se conocieron por muchos años, al ser compañeros de generación en la escuela.

Al término de la ceremonia llegó el mariachi para entonar unas melodías junto al ataúd donde descansaba su cuerpo mientras que los asistentes pasaron a despedirse de él.

yc