La violencia escolar y las agresiones están aumentando en los planteles escolares en medio del regreso presencial a las clases; sin embargo, en la mayoría de los casos, los tutores no presentan denuncias para evitar represalias de docentes o directores.
Alejandro Águila Argüelles, presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia (AEPF), explicó que el suicidio de Aldo, un joven que fue víctima de violencia escolar en un bachillerato de la capital del estado, ocurrido el pasado 17 de junio se pudo evitar; sin embargo, faltaron los mecanismos de prevención y atención ante los primeros cambios de comportamiento.
“Es definitivo que están surgiendo muchas cosas de carácter emocional. Fueron dos años en los que los estudiantes estuvieron encerrados bajo la presión del padre de familia que no estudió para ser maestro y que les cargaron mucho las cosas. Los estudiantes dejaron de ver a sus compañeros, a sus amigos y, ahora, que regresaron a la escuela, vemos la necesidad de que se atienda la cuestión emocional”, apuntó.
El representante de los tutores destacó que existe un área de oportunidad en el cierre del presente ciclo escolar que se podría reforzar el próximo año educativo para atender la salud emocional de los estudiantes.
“Desde nuestro punto de vista, no se ha atendido la salud emocional. Se necesita un esquema adicional porque al maestro se le cargó la mano en el sentido de que tiene que enseñar, tiene que atender la cuestión socioemocional”, apuntó.
En entrevista para MILENIO Puebla, Águila Argüelles destacó que uno de los problemas que se presenta en los planteles escolares se relaciona con que, a los padres de familia, se les impide revisar lo que sucede en los salones.
“Tenemos que atender los temas antes de que nos estallen. Sí es un problema bastante difícil y primero tenemos que reconocer que existe la violencia escolar. Este famoso bullying que solo se puede aplicar entre pares, es decir, entre estudiantes. En el caso de Aldo, lo que se presenta acoso escolar, un acoso psicológico”, destacó.
Águila Argüelles comentó que un suicidio se puede evitar; sin embargo, se combinaron una serie de factores que se tradujeron en que no se pudieran implementar las acciones correspondientes ante el clima que se presentó en el Bachillerato Octavio Paz, ubicado en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas.
“Le estallaron las cosas a todo el mundo porque el menor tomó la decisión del suicidio. Muy lamentable la situación”, expresó.
Para el presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia, los problemas de violencia escolar deben ser analizados de manera conjunta entre las autoridades educativas y los tutores, con el objetivo de implementar programas y acciones conjuntas en beneficio de los estudiantes.
“Yo preguntó ¿los padres de familia para cuándo estamos? ¿Estamos para que nos cierren las puertas de las escuelas y no podamos entrar a atender este tipo de temas juntamente con la autoridad educativa? Lo tenemos que estar haciendo porque es un problema de correspondencia, no puede ser de carga específica para las autoridades educativas y no se haga nada”, apuntó.
CHM