A un año de masacre en bar Caballo Blanco, el apoyo no llega a familiares de víctimas

A un año del ataque al bar Caballo Blanco, de Coatzacoalcos, hay quienes no han logrado superar la tragedia y están a la espera de un apoyo que no llega.

Rocio, La Mami, encargada de la limpieza del bar. (Isabel Zamudio)
Isabel Zamudio
Veracruz /

La vida de Heidi Victoria cambió drásticamente de la noche a la mañana; la pequeña hija de Sugeydi Vázquez Loreto, joven víctima de la masacre en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos, Veracruz, vive ahora con su abuela en un pueblito en Oaxaca.

Cultivan productos del campo y acuden a venderlos a pueblos cercanos para sacar dinero y poder comer.

En la comunidad la señal de internet es mala, solo por momentos del día y en ciertos puntos se logran conectar; lograr una llamada telefónica es toda una odisea.

Ana Loreto ha ahorrado un poquito de dinero para los pasajes a Tabasco, donde colocará un moño por el cabo de año de Sugeydi en su pueblo natal, donde fue sepultada; después se trasladará a Coatzacoalcos para participar en las movilizaciones y acto luctuoso que han organizado las familias de las víctimas del bar en donde murieron 32 personas, el 27 de agosto de 2019.

Sugeydi Vázquez murió en el ataque; dejó a una hija huérfana. (Isabel Zamudio)

Ana Loreto lamenta que su nieta de 5 años, no haya recibido hasta el momento el apoyo ni de una beca.

Viven al día, no hay ayuda económica de la Comisión de Atención a Víctimas; no llegan los apoyos que prometieron alcalde, gobernador y presidente de la república.

Tampoco les dan avances ni resuelven el caso que enlutó a docenas de familias y puso a Coatzacoalcos en la mira internacional.

Situación similar enfrenta D.O. esposo de Rocío González Ramos La Mami, quien era la encargada del aseo y de apoyar a las bailarinas del bar.

Su nuera murió poco antes de la masacre, sufría cáncer y la abuela cuidaba a los nietos.

Unos días antes, Rocío fue al sureste del país donde ahora residen, a dejar a los niños, terminaría su trabajo en el bar, pues ya su esposo había conseguido empleo y los niños necesitaban quien los cuidara.

Ya no pudo hacerlo, pues murió en el atentado al bar. Pese a la promesa de becas, hasta ahora los menores no reciben nada.

No cree las versiones de que algunos delincuentes hayan sido detenidos como autores intelectuales y materiales del atentado, pues solo a uno le siguen proceso por ese hecho.


ledz

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