Una menor de 15 años pudo salir de un difícil momento al ser víctima de violencia de parte de su novio que la golpeaba, pero solamente pudo lograrlo pidiéndole apoyo a su familia.
Pareciera que es un caso aislado, pero no, se estima un aumento de 30% en la violencia en el noviazgo, el cual comienza desde la preparatoria, aseguró el psicólogo Gabriel Rubio Badillo, de Grupo Freedom.
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Se han identificado casos en cada vez menor edad en Tampico, los cuales nunca llegan a instancias legales o se reportan, ya que solamente se tiene el respaldo de los familiares.
Es una situación que va creciendo, recalcó el especialista, lo cual aparte de la violencia física también se puede reflejar en violencia psicológica.
“Se trata de un problema muy frecuente por desgracia, desde nivel preparatoria comienzan los casos más graves y de ahí se prolongan hasta poco antes de los 40 las situaciones más difíciles”, declaró el especialista.
Violencia familiar, de los delitos más reportados
En la zona, de acuerdo a estadísticas oficiales, la violencia familiar es uno de los delitos más reportados y son temas que pueden tener conexión, ya que al existir indicios de violencia a temprana hora se pueden frenar incidentes más fuertes en el futuro, incluso después de oficializar uniones o matrimonios.
La edil Beatriz Rodríguez Taravelci, comisionada en Equidad de Género en Tampico, indicó que se ha atendido la violencia en el noviazgo en una joven de 20 años, pero en este año, ya se atendieron dos casos en mujeres de 30 a 40 años.
“El año pasado se reportó el caso de una joven de 20 años que sufría violencia de parte de su novio, que tenía 30 años”, puntualizó la funcionaria, que recibió en su momento la ayuda necesaria.
Los casos más recientes, recalcó la Comisionada en Equidad de Género en el puerto, se relacionan a mujeres adultas que terminaron sus relaciones, se relacionaron con una nueva persona y comenzaron a ser acosadas por sus ex parejas.
Rodríguez Taravelci recalcó que en estos casos la importancia recae en que las mujeres puedan denunciar el acoso o la violencia, pero también pedirle ayuda a sus familias.
SJHN