Autoestima, vital para evitar violencia de pareja: Lagarde

Marcela Lagarde exhortó a desmontar el protagonismo del hombre en las relaciones amorosas.

Marcela Lagarde y de los Ríos | Especial
Jaime Zambrano
Puebla /

La autoestima es el camino para desmontar el amor opresivo y el protagonismo del hombre en relaciones amorosas. Los amores de los hombres tienen el refrendo del honor y la pertenencia para crear vínculos en el orden social patriarcal.

Marcela Lagarde y de los Ríos, pensadora, antropóloga y activista, resaltó que una mujer inmersa en una relación dañina vive una dicotomía contradictoria: no solo se encuentra en cautiverio, sino también es cautivada.

Durante el conversatorio virtual para discutir la construcción histórica del amor, organizado por la Universidad Iberoamericana, la investigadora mexicana especializada en etnología y representante del feminismo destacó que una parte de las mujeres acude a un proceso amoroso en busca de una experiencia romántica, misma que se convierte en un estímulo para vivir.

La investigadora propuso el impulso del amor sano que es el conjunto de experiencias positivas y enriquecedoras que permite a ambas partes la autoafirmación mediante el ejercicio de libertades y lo más importante es tener un paradigma innovador donde el encuentro afectivo sea menos dependiente y que apueste por el buen vivir.

Marcela Lagarde exhortó a desmontar el protagonismo del hombre en las relaciones amorosas que las ha hecho a ellas el objeto de ese amor, tanto a nivel emocional como corporal.

“El amor dañino lleva a la destrucción de las subjetividades de las mujeres. No es dueña de sí, sino que se entrega. Es posible otra forma de amar”, aseguró.

Señaló que, actualmente, los hombres siguen siendo capaces de empoderarse, aun en los escenarios de mayor precariedad, gracias al amor femenino que ha sido configurado bajo normativas de servidumbre.

“Los hombres se apropian de las mujeres cuando cumplen con un modelo clásico y lo llaman conquista amorosa: las mujeres son conquistadas para cuidar al hombre”, añadió.

Las mujeres del mundo actual necesitan conocer la experiencia de otras para no replicar errores y contribuir al montaje de una cultura que corresponda a los anhelos de libertad y comprensión. Del otro lado, los hombres deben comprometerse con una cultura igualitaria en todos los ejes de la vida, resaltó la investigadora.

Lamentó que el amor moderno se base en la autonomía de los hombres, lo que permitió infundir la idea de que hombres y mujeres aman igual, resaltó la investigadora.

“Ahora, todo el mundo debe su media naranja, pero en claves distintas: las mujeres, para ser amadas como objeto; y los hombres, para amar, como sujeto. Cualquier hombre aspira al poder vital al nutrirse de experiencia amorosa y al apropiarse de las mujeres”, lamentó la especialista.

Para Lagarde y de los Ríos, la narrativa amorosa resulta tan compleja que conduce a una desilusión generalizada por parte de la mujer contemporánea; mientras que los hombres mantienen la idea de dominar en las relaciones.

“Ya no creemos en las fantasías, sino que por diferentes traiciones las mujeres vamos aprendiendo que queremos otra cosa. Ese desencanto se ha hecho presente desde principios del siglo XX. Las nuevas teóricas y activistas han expresado su deseo de crear vínculos de colaboración y entendimiento. Sin embargo, pese a la nueva conciencia teórica, uno de los grandes errores de esta época ha sido la creencia de que es posible corregir los defectos de la pareja”, apuntó.

AFM

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