Batalla de Atlixco, un preámbulo a la contienda del 5 de mayo en Puebla

El Batallón Libres de Atlixco enfrentó a las tropas del Segundo Imperio Mexicano, bajo las órdenes de Francia.

Valle de Atlixco. (Andrés Lobato)
Rafael González
Puebla /

En lo que hoy conocemos como el municipio de Atlixco, en las inmediaciones de la Hacienda de las Traperas, hace 159 años, el 4 de mayo de 1862, el Batallón Libres de Atlixco enfrentó a las tropas del Segundo Imperio Mexicano, bajo las órdenes de Francia durante su segunda intervención en la República Mexicana.

De este hecho histórico, que algunos investigadores han puesto en entredicho, se asegura que mermó a los invasores, lo que permitió gestar la victoria al día siguiente en el combate ocurrido en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, ubicados en la ciudad de Puebla, donde los mexicanos lograron vencerlos.

Indican que después de una aguerrida lucha, los atlixquenses vencieron al ejército francés y minimizaron su fuerza; por lo que no pudieron apoyar a las tropas lideradas por Charles Ferdinand Latrille, mejor conocido como el conde de Lorencez, en su ingreso a Puebla el 5 de mayo de 1862.

Cuentan que el grupo de atlixquenses acompañó a elementos del ejército mexicano, comandados por los generales Antonio Carvajal y Tomás O’Horan, conocido como "Batallón Libres de Atlixco".

Marcan que ellos defendieron el territorio de las tropas del Segundo Imperio Mexicano, al que encabezaron los generales José María Cobos y Leonardo Márquez.

Debido a este gesto heroico, el entonces presidente de la República, Benito Juárez García, reconoció que sin el triunfo del 4 de mayo en Atlixco no hubiera sido posible la victoria de la Batalla de Puebla al día siguiente.

El 20 de noviembre de 1998, el Congreso del estado de Puebla declaró al municipio de Atlixco como Ciudad Heroica.

Aunque algunos historiadores aseguran que la victoria se dio por los errores estratégicos del Conde de Lorencez, quien a pesar de venir al frente de 6 mil efectivos fue rechazado por las tropas numéricamente inferiores del general mexicano Ignacio Zaragoza, convirtiéndose así en una afrenta contra Napoleón III y el Ejército francés hasta entonces invicto.

Explican que el general francés suponía que sería muy fácil vencer a las tropas mexicanas y, desoyendo los consejos de los conservadores de esperar refuerzos, atacó de manera prematura la ciudad. Las fuerzas de Zaragoza contaba con aproximadamente dos mil hombres, de los cuales muchos eran indígenas y guerreros de ascendencia mixta sin experiencia militar.

Cabe mencionar, que existen a la fecha algunos cronistas e historiadores, quienes aseguran que dicha batalla nunca sucedió.

mpl

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