Con casi 60 años, Adrián Montiel encontró en las llantas una oportunidad de crear verdaderas obras de arte, un talento que aprendió viendo videos en plataformas digitales y realizando algunas pruebas en su casa.
Asegura que siempre se ha caracterizado por ser creativo, pero las llantas le hicieron un llamado especial, y decidió comenzar a cortarlas y darles forma hasta que logró su primera figura: un cisne.
“Yo comencé con los videos, me llamó la atención y cuando lo vi en video, primero no entendía como les daban forma a las llantas, cuesta trabajo porque trae alambre, pero viendo que cortaron una llanta, primero hice un cisne y de ahí comencé a hacer más cosas como macetas, floreros, carretillitas de flores”, relata.
Trabaja como bombero en el aeropuerto de Minatitlán, Veracruz, de donde es originario y su hogar, esta cerca de su centro de trabajo, por lo que le dio tiempo de crear su propio taller, donde hay llantas por todos lados, una prensa y muchas herramientas.
“Creo que es un arte que pocos realizan y la verdad me gusta hacerlo, aunque no es muy fácil y rápido, si le pones empeño, logras figuras increíbles”, relata.
Cuenta con la ayuda de su esposa e hija
Con una navaja, un taladro, un esmeril, tornillos, brochas y pintura, ha creado maceteros, jarrones, personajes, renos, vehículos y cocodrilos de gran tamaño y peso.
“Ocupo llantas de motos, llantas de coche y de bicicletas; lo que tienen las llantas de autos es que vas cubriendo la figura y vas dándole firmeza, porque lleva alambre, y la de motos es para ir tapando partes pequeñas y la de bicicleta es para ir forrando porque es más flexible”, explica.
Adriana y perla, esposa e hija de nuestro artista, son sus ayudantes. Se hacen cargo de la selección del neumático y de la decoración con pintura.
“Como ve a mi me toca pintar, me dedico a la pintura, o a veces por su trabajo me dice córtame esta llanta y voy cortando la llanta”, indica la esposa.
Perla por su parte, dice sentirse muy orgullosa de su padre, por lo que al salir del trabajo se queda por lo menos una hora en el taller, a donde lleva las llantas que junta.
“Consigo las llantas en las diferentes vulcanizadoras de la ciudad, también las herramientas que él va necesitando y ayudo a pintar las figuras, aunque a veces me toca cortar llantas, le entramos a todo, porque me siento orgullosa del trabajo que mi papá realiza”, indicó.
Adrián dedica cerca de cuatro horas al día a este arte, en un pequeño taller que el habilitó, donde se observan llantas por todos lados. Tiene en mente crear nuevas figuras, que en su mayoría regala a escuelas o parques recreativos.
Asegura sentirse orgulloso de sus creaciones y, sobre todo, de evitar que los neumáticos sigan contaminando al ambiente.
“Al final, se siente uno contento, porque lo hacemos con amor y con esa pasión de hacer algo bonito”, expresa.
EHR