Café Laguna en San Pedro, desde 1950 sirviendo desayunos: "sin tecnología, solo palabras"

El lugar está envuelto en fotografías históricas, utensilios y cocedores donde se realizan los pastelillos, dando un ambiente renconfortable.

Café Laguna. | Especial
Damián Ramírez
San Pedro, Coahuila /

Desde 1950 existe el Café Laguna, un espacio histórico en San Pedro, Coahuila. Se ubica en la avenida Guerrero entre las calles Múzquiz y Ramos Arizpe, zona centro de San Pedro, Coahuila.

Son 74 años de historia pura y aún sigue vigente, sirviendo a su clientela, que ya se puede llamar familia, el café negro o con leche, acompañado de sus ricas empanadas rellenas de piña, que son el deleite de los sampetrinos y de visitantes a quienes les recomiendan siempre ir a dicho lugar. Tambien se puede servir un rico desayuno o almuerzo.

A decir de su propietario el joven Jesús Ángel García, el Café Laguna primeramente fue de una familia china, y luego en el 2004, pasó a manos de su padre ya finado, José Ángel García Martínez, a quien de cariño llamaban don Angelito.

Don Angelito lo hizo más reconocido de lo que ya era, porque hizo una tradición para algunos sampetrinos, acudir diario por la mañana, a tomar café, disfrutar de las empanadas, leer el periódico y tener una charla de amigos.

Dicen que quien no visita el Café Laguna, no visitó la ciudad de San Pedro, Coahuila.

Una receta familiar de generaciones

El lugar está envuelto en fotografías históricas, la recepción, utensilios y cocedores donde se realizan los ricos pasteles y demás repostería, receta familiar que ahora el joven Chuyito las implementa para mantener a la clientela contenta.

Hay un grupo que diario acude al café, Julio Corpus, el cronista de la ciudad Luis Martín Tavares, y otros afectos a la lectura, a la buena charla y al deleite de las ricas empanadas.

Ellos dicen que el ambiente que se vive en el Café Laguna, es como regresar en el tiempo, sin tecnología, solo palabras, camaradería, platicas de antaño recordando a todos esos sampetrinos, que también se sentaron en esa mesa para platicar de tiempos todavía más pasados a los que están ejerciendo la palabra, y tomando el rico café.

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