Cuando de contaminación del aire se trata hay muchos agentes que resultan responsables, como los gases que emiten las industrias, la quema de combustibles, el manejo de petróleo entre otras razones.
Todos estos factores modifican la calidad del aire que, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, es la presencia en mayor o menor medida de contaminantes en la atmósfera que puedan ser nocivos para las personas o el medio ambiente.
Para medir la calidad del aire se toma en consideración la presencia de cuatro contaminantes: ozono, dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre; a partir del monitoreo atmosférico es que se obtiene el índice de calidad del aire, con el propósito de informar a la población y de esta manera tomar decisiones de protección a la salud.
El ozono se calcula mediante fotometría ultravioleta, el mónoxido de carbono mediante fotometria infrarroja de filtro de correlación de gas, el dióxido de nitrógeno mediante quimiluminisencia en fase gaseosa y el dióxido de azufre mediante fluorescencia pulsante.
Todos estos métodos de medición se localizan en estaciones de monitoreo, que proporcionan los datos de la concentración de los contaminantes en el aire para su interpretación y pronta acción de las autoridades correspondientes.
Para ubicar una estación de monitoreo del aire se toman en cuenta los criterios de densidad de población, distribución de fuentes de emisión, meteorología y topografía; por eso, las metrópolis como la Ciudad de México son consideradas para instalar una o varias estaciones de monitorio.
Las estaciones de monitoreo arrojan el índice de calidad del aire según las cifras registradas por los métodos ya mencionados, dependiendo de las intensidad de los contaminantes en el aire se hará un diagnóstico según la escala siguiente:
A raíz de los acuerdos internacionales, como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, México está implementando programas y estrategias para mejorar la calidad del aire.
MJVR