"Estaba cansada de leer libros... la academia no es suficiente": Gina Garibó

Entrevista | Caravana migrante

Amante del baile y la música, esta activista toma todas las nochesel megáfono para dirigirlas asambleas en las que los migrantes deciden los pasos a seguir en su travesía para llegar a la frontera norte de México.

La coordinadora de proyectos México en Pueblos Sin Fronteras. (Foto: Héctor Téllez)
Oaxaca /

Si no existiera una caravana de migrantes recorriendo México, Gina Garibó ya sería doctora en Sociología. 

Pero no es reclamo. Ella, una de las caras más visibles de la organización Pueblo Sin Fronteras, que acompaña el éxodo de hondureños, acepta que su profesión la rebasó y que sus estudios sobre migración la convirtieron en activista

Hasta hoy, todos los días por la noche toma el megáfono y dirige las asambleas en las que los miles de migrantes deciden los pasos que seguirán para llegar a la frontera norte de México. 

“En los estudios que estoy haciendo de doctorado decidí hacer campo sobre la cuestión de las mujeres en tránsito por México, no desde un asunto victimizante, sino desde un asunto de aplicación de sus derechos... básicamente lo que siempre digo es que el campo me rebasó y así fue que me vinculé con la lucha migrante”.

Gina acepta platicar en el municipio de Napanatepec, Oaxaca. Dice que tiene dos minutos. Terminó una reunión con el cura Alejandro Solalinde y después tiene que hablar con un visitador de la Comisión de Derechos Humanos estatal

En la plaza del pueblo, en medio del campamento y las filas de personas esperando comida, cuenta que su origen es Acapulco, nació en una de las bahías más famosas del país, pero ya tiene tiempo viviendo en Puebla. Es amante del baile y la música.  

Incluso, su lucha migrante, como ella la llama, inició apenas a finales de 2017, con otra caravana de migrantes que cruzó por México. Aún con su incipiente activismo, lleva las riendas de la caminata que, asegura, nadie ha financiado y no tiene fines políticos, porque la muerte y el hambre no hacen distinción. 

Estaba cansada de solamente leer los libros, los artículos, cuando los veía en relación a las mujeres centroamericanas en tránsito, obviamente la violencia, la victimización, las violaciones y los abusos, que era de lo que solamente se hablaba pero, sin duda, siempre hay algo más que mueve esto, como las muestras de solidaridad que tenemos por la gente, las muestras de las propias mujeres a seguir luchando... eso me interesa indagarlo y no lo había visto en muchos estudios, por eso decidí salir a campo, cuando lo hice vi que lo que estaba haciendo desde el ámbito de la academia no era suficiente”. 

Durante la plática esquiva su vida personal. Prefiere ahondar en los orígenes de la marcha: la pobreza y la marginación, que orilla a miles de personas a dejar su país. Eso sí, deja en claro que no siente ninguna responsabilidad más que acompañar a las personas que buscan un mejor futuro. 

Ella ocupa el puesto de Coordinadora de proyectos México en Pueblos Sin Fronteras y dice que la gente que critica la marcha debería conocer un poco más de la vida de la gente que prefiere huir y dejar sus casas a vivir en un entorno violento y sin posibilidades.

“Nuestro deber como defensores de derechos humanos es estar hombro con hombro y poner el cuerpo de por medio cuando hay personas que lo necesiten... eso de que Venezuela la había auspiciado (la caravana), por Dios, es un absurdo... incluso era más probable que dijeran que era para Donald Trump por el momento político, pero me queda muy claro que el hambre y la muerte no conocen momentos políticos”.

En medio de la plaza de Tapanatepec, Gina Garibó apura una torta que apenas alcanzará a terminar antes de su reunión con los visitadores de Derechos Humanos. Siempre de negro y siempre con su gorra de Pueblos Sin Fronteras, asegura que lo peor de esta travesía es vivir y acompañar el dolor de otras personas e insiste que no hay un mecenas detrás de la caravana “este éxodo creo que lo paga el capitalismo, nada más”.

  • Pedro Domínguez
  • pedro.fajardo@milenio.com
  • Reportero de MILENIO desde 2010. Viajo, leo y siempre quiero fumar menos. Hoy cubro Presidencia, mañana quién sabe.

LAS MÁS VISTAS