Son jóvenes latinoamericanos que a pie, en aventón, en autobús entre la selva y por las calles, han recorrido ocho países para intentar alcanzar el sueño americano pero sin querer han tenido que hacer una escala forzosa en Monterrey, Nuevo León.
Su odisea la narraron a MILENIO mientras esperan en la Central de Autobuses agobiados, con miedo, hambre y angustia sin saber qué pasará con ellos, después de que el gobierno de Coahuila no les permitió la entrada y los "aventó" en Monterrey sin mayor explicación.
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Andrés Tovar nació en Caracas, Venezuela, hace 28 años y relata que en su recorrido hicieron “unos 20 días de Venezuela hasta Tapachula, Chiapas, pero pasamos primero por Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, hasta llegar a México, y en Chiapas nos tardaron 28 días esperando que nos dieran la visa".
“Nos venimos en caravana caminando para que nos pudieran dar el permiso de 30 días, duró dos o tres días la caravana y cinco días más, en total ocho días hasta llegar a Monterrey a las 09:00 de la mañana de ayer (el lunes pasado).
“Hemos vivido de todo un poco, pasamos la selva y hasta Colombia, venimos por escala aquí, la intención de nosotros era ir a Ciudad Acuña, pero nos encontramos con todo este "pelote" de que no están vendiendo pasaje y todo eso, el bus venía para Saltillo y nos dijeron que iba a llegar a Monterrey y aquí estamos para ver qué se puede lograr.
"¡Cónchale!, estamos desilusionados, porque teníamos la fe y esperanza de llegar allá (Acuña, Coahuila), y queremos que se acabe todo este tormento de tanto viaje, pero no perdemos la esperanza de llegar a Estados Unidos".
Mientras tanto, Carlos Vivas, de Puerto Cabello, y Luis Herrera, de Barcelona, Venezuela, ambos de 24 años, relataron también su periplo:
“Venimos de Venezuela, Colombia, la selva de Panamá, luego Panamá, Costa Rica, Nicaragua Honduras, Guatemala, México, tardamos un mes 20 días todo ese trayecto, es mucho tiempo; sólo aquí en México tenemos más de 20 días, en Tapachula, Chiapas nos llevó 16 días, la meta es ir a Ciudad Acuña, pero con todo esto que ha pasado, tenemos el permiso de Migración para poder transitar en México de 30 días... y nos quedan 28 días.
"'Ahí viene la cacería', nos los dijo la Migración, pero pagamos de Huixtla, Chiapas, a Tuxtla Gutiérrez 270 pesos (del autobús), y de Tuxtla Gutiérrez a la Ciudad de México fueron 870 pesos más, y de la Ciudad de México para acá pagamos 900, y nos vendieron el pasaje a Ciudad Acuña de mil 225 pesos.
“Aquí sentimos tristeza, desesperación, miedo, angustia y hambre, hay muchos que tienen la comodidad de tener dinero lo que le manden, nosotros llevamos ocho días, (comemos) lo que es un arroz, comemos pan con agua y antier (el domingo) no comimos nada.
En tanto, David José Valdivia, de 24 años, quien es de Managua, Nicaragua salió también en busca del sueño americano, sin embargo, su paso por nuestro país no ha sido lo que esperaba.
“Pagamos el boleto del autobús de 2 mil 427 por persona de la Ciudad de México a Ciudad Acuña y a medio camino nos regresaron aquí (Monterrey), no hay dónde quedarnos ni dónde comer, hicimos una reunión para ver con los encargados y vinieron los de Migración que dijeron que no podemos ir avanzando porque hay retenes y que incluso nos van a devolver, que no compráramos más boletos.
“Tenemos permiso de 30 días, si llegan los 30 días, nos van a tener que deportar a nuestro país, y es algo que no queremos, porque hemos sufrido de todo, hemos pasado selva, de todo, soportando hambre, aquí hay gente de África, Perú, Colombia, Venezuela, Chile, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.
“Ya llevamos dos meses desde Tapachula, Chiapas, tratando de conseguir el permiso; veníamos en caravana durante tres días, unos consiguieron el papel en Tapachula y nosotros conseguir en Tuxtla (Gutiérrez), caminamos cuatro días y el sistema de Migración no nos querían atender, los muchachos cerraron el tráfico y hasta se cosieron la boca, ahí están los videos”.
Estas historias se repiten en cientos de los dos mil migrantes que se encuentran varados en la central de autobuses de Monterrey, Nuevo León, desde donde esperan una respuesta para seguir avanzando hacia el norte en busca de un sueño.
INM prohíbe venta de boletos para ciudades fronterizas
La travesía que sortearon esos miles de migrantes provenientes de Venezuela, Nicaragua, Haití, entre otros países, se ha visto detenida dentro de la Central de Autobuses Monterrey, luego de que el Instituto Nacional de Migración prohibió a las distintas líneas de transporte vender pasaje a extranjeros hacia las ciudades fronterizas.
La medida causó molestia y consternación en los extranjeros, pues contaban con llegar a la frontera con Estados Unidos.
Algunos ya habían comprado el boleto y se les negó el acceso a los camiones, otros, incluso, estaban a unos cuantos kilómetros de llegar a su destino en Ciudad Acuña, cuando los autobuses se detuvieron y retornaron a Monterrey.
Los migrantes solicitaron el reembolso a las distintas líneas de transporte, pero algunas no realizaron la devolución de su dinero, toda vez que las tarifas eran más altas que las habituales, por lo que acudieron al módulo de Profeco en la Central de Autobuses, aunque éste no contaba con personal que atendiera sus denuncias.
"Compramos pasajes a Ciudad Acuña, no nos dejaron subir al bus. Ellos siguieron vendiendo boletos, no dijeron paren porque no hay acceso a Acuña. El chofer no nos dejó montar, le dijimos a los señores para reembolsar el dinero y nos dijeron que no, que teníamos boleto abierto un mes, pero si Migración dijo que no nos van a subir, entonces queremos el dinero porque no van a prestar el servicio. Tengo cuatro pasajes y nos lo vendieron a mil 080 cada pasaje, no al precio real, entonces toda esa plata no nos la quieren regresar. Pedimos ayuda a la policía y dicen que no es con ellos, a Migración y tampoco nos ayudan. Estamos aquí varados como perros", afirmó Danielis Medina, venezolana.
Hubo quien exigió el retorno de su dinero para con ello comprar alimentos o costear el hospedaje en algún hotel en lo que se define su situación migratoria.
Otros propusieron realizar una caravana a pie hasta la frontera o en su defecto acudir al Palacio de Gobierno para solicitar apoyo a las autoridades.
"Migración nos prohibió comprar boletos y a quien ya tiene boleto les iban a regresar la plata pero es mentira, a muchos no se los han regresado, por eso mejor vamos ir al Palacio (de Gobierno), no tenemos miedo, ya pasamos por selva, nos jodimos, tantos días fregando, no podemos quedarnos aquí, vamos toditos al Palacio, ahí amanecemos y que nos den respuesta", expuso Sandry Moles, también procedente de Venezuela.
Al caer la noche de ayer la situación fue la misma, y aunque trascendieron noticias sobre la situación migrante en otros puntos de la República, en Nuevo León, los extranjeros se encuentran a la deriva.
FS