Bordados de canutillo con oro, de valor incalculable

Han permitido al municipio de Chimalhuacán brillar no solo en el Edomex, sino en el centro de la República donde son reconocidos desde hace más de 120 años; son presentados en su carnaval.

El canutillo francés es un hilo metálico con aleación de oro. IVÁN CARMONA
Claudia Hidalgo
Toluca, Estado de México /

Si el valor de los bordados a mano es incalculable, usar 2.3 kilogramos de hilo bañado en oro lo es más, sobre todo cuando se consideran seis semanas de trabajo de un par de hábiles manos, que apoyadas por una aguja van de un lado a otro hasta dar forma a las historias plasmadas en los trajes charros para comparsa.

Estos atuendos, integrados por un pantalón o falda, chaleco, chaqueta, corbatín, sombrero, cinturón y zapatos bordados con canutillo oro, traído a México desde Francia, han permitido al municipio de Chimalhuacán brillar no solo en el Estado de México, sino en todo el centro de la República, donde sus habilidades son ampliamente reconocidas desde hace más de 120 años.

Este 2023 el municipio retomó el tradicional carnaval, luego de dos años de pausa por la pandemia de Covid, en el cual participaron 132 comparsas integradas por personas adultas y menores de edad, quienes recorrieron ocho kilómetros sobre el Circuito Principal de los Pueblos Originarios de Chimalhuacán.

El canutillo francés es un hilo metálico con aleación de oro. IVÁN CARMONA

120 años de tradición

Es ahí donde los bordados de oro hacen gala, en medio de orquestas y música que quedaron plasmados en decenas de fotografías que son expuestas en la reja del teatro auditorio “Acolmixtli Nezahualcóyotl” y en el lobby, donde se da cuenta de las primeras comparsas surgidas a finales del siglo pasado.

Pero no solo lucen en Chimalhuacán, sino en otros municipios y entidades vecinas donde también se llevan a cabo diversas actividades similares con hombres y mujeres que van ataviadas con trajes de comparsa, los cuales se parecen a la tradicional vestimenta charra, aunque la diferencia es que estos están prácticamente repletos de bordados, incluso con cristales Swarovski.

En Chimalhuacán una de las principales actividades ancestrales del municipio fue la pesca y caza de patos que permitió a algunos habitantes obtener una posición económica privilegiada para poder darles forma a las primeras comparsas del municipio.

Estas comparsas, refiere el cronista Israel Calderón Ramírez, se relacionaron con los bailes tradicionales de la vieja Europa que llegaron a Ciudad de México con Maximiliano y Carlota, quienes los pusieron en alto para una población privilegiada, por lo cual la gente del pueblo inició su propia tradición, una serie de bailes donde usaban máscaras.

Llega el siglo XIX e inicia el baile de carnaval en diversas comunidades del municipio, incluyendo algunas que hoy pertenecen a Los Reyes. “Las primeras evidencias fotográficas de ese Carnaval muestran la primera comparsa de los ricos y luego surgen los pobres, pero no solamente es el baile, resulta que Chimalhuacán lo hace propio y empieza la elaboración de máscaras, bordadores y adoptan la música de las cuadrillas para el baile del carnaval, como solamente se baila en Chimalhuacán”.

Hoy el carnaval y sus comparsas están muy arraigadas en Chimalhuacán, al grado de convertirse ya en una expresión artística, neta y pura del municipio, donde existen más de 130 comparsas activas. La más antigua es la “Los Calavera”, donde se pueden encontrar a adultos que empezaron en su niñez, en la década de los 50 o 60 y hoy siguen desfilando e inculcando esta actividad a las nuevas generaciones, porque es una tradición familiar que se hereda de padres y madres a hijas e hijos.

El arte de bordar

José Manuel Reynoso, oriundo de Chimalhuacán, lleva dedicado a este oficio desde hace 35 años. Aprendió a bordar por la enseñanza de sus padres y abuelos. Él forma parte de la tercera generación y ya está inculcando este saber a su descendencia, para que se hagan responsables de mantener viva esta actividad.

José Manuel Reynoso, oriundo de Chimalhuacán, lleva dedicado a este oficio desde hace 35 años.IVÁN CARMONA

En el municipio son aproximadamente 15 o 17 familias y sus derivados quienes se dedican aún al bordado. Los dos principales núcleos son la familia Reynoso y la familia Buendía, de donde se fueron derivando otras familias que han hecho del bordado su forma de vida.

Se trata de un bordado elaborado en canutillo francés, un hilo metálico con aleación de oro que utilizan para los trajes tradicionales de los carnavales que se llevan a cabo desde finales de enero hasta principios de abril. La elaboración de un traje no es sencilla. Primero es necesario diseñar el traje, cortar cada una de sus piezas y en cada trozo de tela, antes de unirlas, trazar las figuras que deben rellenar con hilo color plata y oro, así como lentejuela y piezas de Swarovski de diferente tamaño para que brille todavía más.

¿Oro puro?

El hilo, aclara, solo viene chapeado; no es totalmente oro puropor ende, con las inclemencias del tiempo, incluso cuando las personas sudan llegan a ocasionar el desgaste de la prenda por el óxido, con lo cual se llegan a manchar y por lo cual cuidan cada una de las piezas en renta.

El canutillo, dijo, se usa por estética y elegancia, desde los tiempos de Maximiliano, cuando se hacían los bailes de salón en los palacios. Todos los personajes de esa época vestían trajes de gala bordados en canutillo y con ellos trabajó gente que imitó esas reuniones, con su propio estilo a manera de mofa.

MAM

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.