Con el uso de la fuerza pública, el gobierno municipal de Ciudad Juárez, Chihuahua, desmanteló el campamento formado por personas extranjeras frente a la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) incendiada el 27 de marzo.
Tras la tragedia, en la cual murieron 40 extranjeros y otros 27 resultaron lesionados, los migrantes colocaron un altar frente a las instalaciones del INM y afuera de la Presidencia Municipal en memoria de las víctimas e iniciaron un campamento.
Al inicio ese espacio fue para pedir justicia por las víctimas, como medida de resistencia, señalaron algunos migrantes.
Después al sitio empezaron a llegar decenas de migrantes buscando un espacio donde pernoctar mientras esperaban la posibilidad de una cita para presentarse en un puerto de entrada a Estados Unidos en busca de asilo político.
Esta tarde, el secretario del Ayuntamiento, Héctor Ortiz Orpinel, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), Omar Muñoz Morales, encabezaron el desalojo, acompañados de elementos de esa corporación.
Los policías y los dos funcionarios pasaron por cada una de las casas de campaña para ordenarles a los migrantes retirarse del sitio, y los uniformados iban retirando las casas de campaña y quitando los espacios armados con cobijas, cartón y otros materiales.
Atrás de ellos iban trabajadores de Servicios Públicos Municipales quienes recogieron cobijas, cartones y las casas de campaña para tirarlos en mega bolsas como si fuera basura.
Los policías no permitieron a los migrantes tomar sus pertenencias, lo cual generó roces e incluso empujones.
A los migrantes se les ofreció espacio en tres carpas instaladas por el gobierno municipal y el INM en un terreno del parque El Chamizal que es susceptible de inundaciones.
En las carpas se ofrecerá comida y agua potable a los migrantes.
“Maltrato vestido de protección”, dijo a través de un altavoz una de las migrantes al momento del desalojo.
JLMR