Una investigación encubierta de la organización Igualdad Animal detectó un rastro en Arriaga, Chiapas que realiza matanza clandestina de caballos. Los videos e imágenes obtenidas en 2017, exponen actos que incumplen con la NOM-033-SAG/ZOO-2014, que señala los métodos de matanza de animales domésticos y silvestres obligatorios en todo el territorio nacional.
“Es inaceptable que sigamos encontrando estas crueles y violentas imágenes contra los animales con la omisión y permisión de las autoridades. Volvemos a demostrar que los animales sienten, que sufren y que tenemos la responsabilidad de protegerlos y acabar con ese sufrimiento”, dijo Dulce Ramírez, vicepresidenta para Latinoamérica de Igualdad Animal.
Los investigadores de la organización internacional de protección animal con sede en ocho países, documentaron como los operarios del rastro maltratan a los caballos como algo cotidiano en el manejo de estos animales y para movilizarlos los someten a actos crueles como asfixiarlos con una cadena cuando están plenamente conscientes, además de utilizar descargas eléctricas en diversas partes del cuerpo como las orejas, para aturdirlos.
México es el segundo país productor de carne de caballo en el mundo, sólo superado por China, es el quinto mayor exportador en América y uno de los principales del mundo.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en México se matan cada año cerca de 579 mil 983 caballos, sin embargo no se cuentan a aquellos matados en clandestinidad.
Ya que en nuestro país no existen granjas que críen a los caballos para consumo, la mayoría de los que se matan provienen de espectáculos y otras explotaciones como tracción a sangre (es decir, como máquinas de carga o para transporte), donde se les administran sustancias no aptas para consumo humano. Ya que no cumplen con los requisitos sanitarios, muchos de estos animales son matados en rastros clandestinos.
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La organización también señala que son caballos que han sufrido largos viajes desde Estados Unidos, donde su matanza ha sido prohibida y existe una iniciativa para evitar su comercio para consumo humano.
"Su venta en el mercado para consumo humano es preocupante, pues es vendida como carne de res por la poca transparencia en su etiquetado y sus altos contenidos de clembuterol -medicamento veterinario que es dañino para los humanos, y que por tanto no está permitido su uso en animales destinados al consumo-, la carne de caballo se convierte en un riesgo de salud para los humanos, y por supuesto, en maltrato para los animales".
En 2013, el Senado presentó un exhorto a diversas entidades públicas por la preocupación sobre el estado sanitario de los caballos que son matados y, probablemente, consumidos en el país. Es una preocupación legítima el no saber la procedencia de la carne de caballo en México.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2015 realizó un estudio sobre este tipo de carne vendida en México, revelando la presencia de clembuterol, lo que apunta que en Estados Unidos y México, se cría y se trata a los caballos como animales de compañía, no como animales de consumo humano.
De lo anterior, indica la organización, se desprende que, a diferencia de los animales criados para la producción de alimentos, la mayoría abrumadora de los caballos que terminan en los rastros probablemente han ingerido, han sido tratados o inyectados con varias substancias químicas, peligrosas para los humanos, muchas de las cuales se encuentran prohibidas para su uso en animales de crianza.