Las terminales de autobuses en Pijijiapan y Arriaga, en el estado de Chiapas, volvieron a lucir abarrotadas de migrantes desde tempranas horas, debido a la nueva ola migratoria que ingresó a territorio nacional y volvió a saturar la frontera sur de México.
Ante este escenario, en el municipio de Pijijiapan las autoridades locales les solicitaron a los transportistas que incrementen el número de corridas, incluso que extiendan sus horarios de servicio hasta la noche, para ayudar a disminuir el número de personas que diariamente llegan a esta zona de la costa chiapaneca, aseguró Carlos Alberto Albores Lima, presidente municipal.
“Mil 500 extranjeros varados en nuestras terminales y eso también complica la movilidad de los ciudadanos de este y de los municipios colindantes, para poderse transportar”, afirmó.
De esos migrantes que llegan diariamente al municipio de Pijijiapan, alrededor de 560 son los que logran obtener un boleto de transporte público que les permita trasladarse a la capital del estado, en su intento de llegar al centro del país.
Por su parte, Ricardo Rodríguez Simón, delegado de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, señalo que en las terminales de Tonalá no se aglomeraron las personas en tránsito, sin embargo, las que corresponden al municipio de Arriaga comenzó a incrementar el número de migrantes desde el martes.
“El grupo que viene de migrantes pues están en los trámites de papeleo con migración, entonces el flujo también se ha retenido mucho en las terminales, pues algunos transportistas por cuestiones legales no los pueden llevar, por cuestiones de papeleo, ya que, en el transcurso de ese viaje no cuentan con sus documentos que ellos deben tener, los bajan”, apuntó.
Agregó que, ante la saturación de terminales, algunos migrantes decidieron esperar en el albergue temporal instalado en Arriaga, o en su caso, caminar por la carretera, que ha sido punto de ayuda para el flujo de las personas en migración.
Otra de las terminales que también enfrenta una problemática de saturación, es la central camionera de Tuxtla Gutiérrez, localizada dentro de un centro comercial al poniente de la ciudad.
Ahí, decenas de migrantes acampan sobre el estacionamiento, en casa de campaña improvisadas, donde diariamente esperan obtener el documento que les permita transitar de forma libre, así como reunir el dinero para comprar un boleto de autobús.
Las autoridades estatales y municipales manifestaron en reiteradas ocasiones su preocupación el problema de salud que este fenómeno representa, ya que generan una cantidad importante de contaminación que generan enfermedades, tales como el dengue, el vector y el paludismo.
MO